POV Belial —¿Y decías amarme? —respondí, volviendo a ponerme en la salida—. Resultaste ser una excelente actriz, ¿qué hay de todas esas veces que me profesabas tu amor? Cuando te desvanecías en mis brazos o tu cuerpo se estremecía con solo tocarlo, ¿has olvidado eso? Dudo mucho que ese sujeto haya logrado borrarme. —Pues lo mismo digo. Que fácil fue engañar a la antigua Ana, aquella que saltó de felicidad cuando dijiste que la amabas, la que se conformaba con tener algo de tu atención, pobre muchacha ingenua que te creyó esas palabras vacías, ¿pero sabes? No te guardo rencor, porque eso significaría guardar sentimientos por ti, y en mi vida no hay espacio para eso. Ana me recordó aquellos últimos meses de nuestro matrimonio, cuando después de haberla besado, le dije que la amaba. Nunca