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—Llevo todos mis días respirando oscuridad, entre las paredes del castillo, mi cuarto, la cocina. Solo en los días desde mi ventana, puedo ver una ves a la semana, los pájaros volar y a veces escucharlos cantar, desde pequeño recuerdo que una noche fría, esa noche donde fui la burla de mis hermanos, mientras cenábamos y Fátima nos servía las bebidas para calmar la sed, mi padre me dijo que mi madre pudo haberse salvado de su horrible enfermedad, pero que yo había sido él culpable por nacer, por haber venido a este mundo. Por eso con el pasar del tiempo, de los días y de los años, se llevaba a mis hermanos al bosque y a mi nunca me miró ni mucho menos pensó, para hacerlo, para llevarme con ellos. Kailto no tiene pueblo, según él mi madre nunca lo quiso, despidió a sus guardias, su ejército.