Tanto mis ojos como mi mente no podían creer lo que estaba viendo en la televisión. De modo que, sin pensarlo dos veces, saqué mi celular para hacer una llamada y confirmar el hecho. Los segundos de espera al recibir una respuesta fueron los más eternos. Hasta que después de tres veces de haber intentado comunicarme con la esposa del accionista de nuestra empresa, me respondió. Entre sollozos y una voz entrecortada, se escuchaban llantos alrededor de la mujer, y mi cerebro rápidamente sacó una conclusión. La noticia dada por los medios era real, tanto la confirmación de la reciente viuda cómo la de los presentadores de noticias, afirmaban que el hombre había desaparecido la noche de ayer, y esta mañana fue encontrado con un orificio en la cabeza ¿Las razones? Aún se desconocían, pero