—Siempre he creído que eras un hombre con un carácter especial, pero al fin y al cabo un hombre con todas sus letras, sin embargo, creo que la definición va lejos de lo que en realidad eres —ella levantó la mano, dándome a entender que aún tenía algo más que decir—. Y por supuesto, eso me ofendería en el pasado, mas ahora solo puedo sentir una cosa. —¿Qué? — Lastima, porque de ser ciertas las palabras que me acabas de decir, lamento responder que únicamente te has engañado a ti mismo —mirándome fijamente a los ojos, se acercó—. Supongo que ya no puedes caer más bajo, porque ya pisaste fondo. Ahora sí, te dejo en paz con tus pensamientos, tengo personas importantes, a las cuales si debo darles mi tiempo. Me quedé sin palabras, fue como si prácticamente mis labios hubieran sido sellados,