—¿A qué te refieres con que mi madre fue a pedirte el anillo? —Por favor, ahora no me digas que no sabes, que ella nunca te contó nada, porque no me lo creo. —Lys, sé que prácticamente llevamos discutiendo todo el momento desde que nos hemos vuelto a ver en este lugar, ¡pero maldita sea! Te estoy hablando en serio, yo no sé de qué me hablas. Yo nunca le pedí a mi madre que fuera a pedirte el anillo. ¿Podría creerle? Tal vez simplemente estaba mintiendo con el fin de hacerse el inocente para no reconocer aquello que él negaba. —Del mismo modo en que tú dices no conocerme, pues yo digo lo mismo, no puedo confiar en ti, ¿que me garantiza que lo que dices ahora sea verdad? —¿Y por qué mentiría? Dime qué beneficios sacaría, ¿acaso eso haría retroceder los años? Me contesta, así que, no me