—Estoy bien —contesta, Brisa, levantándose del suelo con ayuda de Valentino, quien no dejaba de disculparse por el mal momento que la hermana menor de Diaval acababa de pasar. —Oh, eres igual que mi hermano, algo despistado, pero no te preocupes —la risa de Brisa era tan tierna y dulce, llena de despreocupación por lo que la breve tensión desapareció en un instante. —¿Pero de verdad estás bien Brisa? ¿No te lastimaste? Si deseas puedo llevarte a uno de las instalaciones para revisar que no te hayas hecho algún mal golpe. —Estoy bien Lys, pero gracias por la preocupación, además fue mi culpa por salir corriendo luego de darte la invitación. —Entonces la culpa de que te hayas caído es de ella—agregó Diaval interponiéndose entre su hermana y yo. —¿Qué estás diciendo, Diaval? Yo no… —Hab