Había olvidado lo que era sentir el sabor de sus labios, sus fuertes manos que antes sostenían mis brazos ahora me apretaban contra la pared, dejándome sin la posibilidad de escape.
Su hábil lengua se metía a mi boca, entrelazaba y masajeaba, y después mordía y succionaba mis labios, hasta que el oxígeno empezaba a hacer falta.
Apartándose de mí como si hubiera cometido el peor crimen del mundo, sus ojos café me miraron incrédulos.
— Mierda… —suspiró pasándose la mano por la frente—Vete Lia —me ordenó, dándome la espalda.
Apretando mis labios y puños, pasé por su lado. Por supuesto que me iba, pero no por su orden, me iba para proteger mi orgullo.
Al escuchar la puerta de la casa, él giró a verme con autoridad.
— Vete a tu habitación —me dijo, señalando el camino que llevaba por las escaleras.
— ¿Y quién eres tú para darme órdenes? Querías que me vaya, pues lo hago.
— Lia —me llamó 0apretando los dientes—. No se te ocurra abrir esa puerta, tú eres…
— ¡Qué! —lo interrumpí— ¿Tu esposa? ¿Vas a recordarme el peor error que cometí?
— ¿Tu peor error? —se mofó—. Yo fui tu salvación, gracias a mí esa empresa no se fue a la ruina. De lo contrario ahora vivirías bajo un puente.
— Cualquier cosa es mejor que ser tu esposa. Ni siquiera el dinero lo vale. Con toda tu maldita fortuna pudiste conseguir a quien quisieras ¡No sé por qué carajos tuviste que acercarte a mí!
— ¡Eso no es de tu incumbencia! El caso es que eres mi esposa, y vas a serlo hasta que a mi plazca. Ya sabes las condiciones.
— Eres un maldito monstruo, y te aborrezco —le gruñí—. Este estupido matrimonio es una pesadilla para ambos. Todos creen que somos la pareja perfecta y que tu eres el caritativo y de noble corazón Jacob Jureck, sin embargo, lo único real aquí es tu nombre. No entiendo en qué diablos estaba pensando para aceptar esa estúpida propuesta.
*Dos años atrás*
— Debes estar bromeando —le dije parándome abruptamente de la mesa.
—No, no es una broma .Necesito una esposa y tú eres la candidata perfecta.
— ¿Por qué yo? No tengo riquezas, mi familia y empresa están en la ruina ¿qué de bueno podrías sacar de mi?
— No es dinero lo que busco, como verás tengo lo suficiente como para poder salvar tu empresa de la quiebra. A cambio solo te pido ese favor, que aceptes ser mi esposa.
— ¿Y en qué te beneficia esto? ¿Qué escondes realmente?
— No desconfíes tanto, simplemente quiero ayudarte. Entiendo qué has pasado un mal momento en tu vida sentimental y estoy enterado que todo este problema surgió por culpa de tu ex prometido.
— ¿Has estado averiguando de mí? ¿Acaso eres un espía?
— ¿Espía yo? ¿Te lo parezco? —soltó una carcajada que tuve que aceptar que era bastante agradable, no parecía ser una mala persona, pero nadie en este mundo se acercaba a ayudarte, pidiéndote como única cosa a cambio, que seas su esposa.
— Si estás enterado de mi ex prometido, sabrás entonces que no ha pasado mucho tiempo desde eso. Lo último que quiero ahora es casarme ¿Qué te hace pensar que aceptaré tu propuesta?
— En primer lugar, siéntate por favor, no puedo seguir conversando, mientras una dama está de pie, no es de caballeros, y segundo; estoy al tanto de todo lo que te ha pasado. Además creo que todo aquel que tenga un celular en la mano está enterado.
— ¿Y se supone que eso debería alegrarme?
—No lo creo, de hecho no tengo malas intenciones contigo, mírate apenas eres una chiquilla, solo acéptame y tendrás lo que quieras.
— ¿Acaso quieres hacer tu buena acción del día? Si es eso, dona tu dinero a una entidad caritativa, no te cases.
— Si tú me lo pides, puedo hacerlo. El dinero no es mi prioridad. Cómo te conté no tengo padres y mi único familiar ha muerto, estoy completamente solo.
—Pues Lamento lo de tus padres, pero no puedo casarme con un extraño, ni siquiera eres mi amigo o algo cercano para considerarlo.
—Bueno, qué quieres saber de mí, lo que quieras te lo diré. Tengo 30 años me gustan los gatos me apasionan los autos deportivos y soy un coleccionista de relojes
Alguien que amaba a los animales no podía ser malo. Me parece increíble que este tipo fuera casi perfecto, debía ser uno entre un millón.
— ¿Y bien qué dices, aceptas?
Lo pensé, realmente por mi cabeza me pasó esa idea casarme de la noche a la mañana con un completo desconocido al que casi arrollo con mi auto. Parecía un mal chiste, pero era real.
— Lo siento, pero no puedo, tendrá que conseguirse a alguien más —alejándome de la mesa, salí del café para retornar a mi auto y marcharme a mi departamento.
Tirando mi bolso y llaves sobre la mesa caí pesadamente sobre el sillón. Debo estar volviéndome loca, no ha pasado ni un mes desde que Dereck me dejó en el altar y ya otro hombre me está proponiendo matrimonio sin siquiera saber qué clase de persona soy. Definitivamente algo está mal en él, nadie se casaba porque si.
Al día siguiente mientras empacaba mis cosas en cajas y maletas Recibí una visita a mi departamento.
—Padre dije sorprendida de tenerlo frente a mi puerta
—Se puede saber qué demonios le dijiste al señor Jureck.
—No dije nada malo, simplemente rechacé su propuesta.
— ¡Acaso estás loca! No entiendes que la empresa está en quiebra, sin su ayuda lo perderemos todo.
— Quería que me casé con él, no voy a hacer eso.
— Lia en este mundo hay grandes sacrificios qué debemos hacer para lograr ser el mejor en esta vida.
— Pero sacrificar mi libertad a cambio de solo dinero ¿Te parece correcto? ¿No es más importante la dignidad?
— La dignidad no se come, hasta cuándo vas a seguir con tus tonterías estúpidas en la cabeza. Ya es hora de que veas el mundo cómo es. Un lugar podrido, donde solo el fuerte sale adelante y el débil es aplastado como cucaracha. Así que, ahora mismo lo llamarás y aceptar a su propuesta.
— ¡No! No pienso hacer eso.
— Te lo estoy ordenando Lia. Soy tu padre y vas a llamar al Señor Jureck para aceptar ser su esposa.
—¿Cómo puedes pedirme eso, te importa más tu empresa que yo?
— De qué te quejas, lo tendrás todo. Ese hombre es un multimillonario, reconocido en las revistas de economía, es incluso mucho mejor que el idiota que se largó con nuestro dinero.
— Padre…
— Y ya cambia esa cara de tonta, así te pases llorando miles de años, nada cambiará las cosas. Fue ese carácter blando lo que llevó a qué Dereck buscara una mujer de verdad, no a una niña. Ya es hora de que pienses como adulta.
Mi padre había venido solo para literalmente darme la orden de aceptar la propuesta de matrimonio de Jacob ¿ Por qué yo? ¿Por que fijarse en mí? Él es un hombre guapo y lleno de riquezas, estoy segura que mujeres no le deben faltar, entonces, cuál es su apuro por casarse.
De cualquier modo mi padre tenía razón, sino hacia algo. Muy pronto no podría ni siquiera conservar mi auto.
Terminé de empacar mis objetos, dentro de unos días pensaba mudarme a una habitación más pequeña, ya que el costo de este departamento superaba mis ingresos en este momento.
—Imagino que no tengo mayor alternativa.
…
Luego de pasarme todo ese día pensando y cuestionándome si lo que hacía era correcto, decidí llamarlo, al día siguiente él no parecía sorprendido como si adivinara que yo aceptaría pues traía una sonrisa de satisfacción en toda la cara.
— Acepto —dije, siendo totalmente seria en mi postura.
— Bien, la boda será en una semana, nada ostentoso, será una ceremonia rápida, si lo deseas puedes traer a tu padre.
— ¿Qué es esto? —pregunté al recibir una tarjeta.
— Con el podrás comprar lo que necesites, tu vestido, ropa, cualquier cosa que te encapriche, pero te recomiendo que vayas alistando tus cosas, o al menos lo que tengas de valor.
…
Y el tan ansiado día llegó, con ayuda de Betsy; mi mejor amiga, terminé de arreglarme para llegar al altar, ella no parecía estar de acuerdo, pero apoyaba mi decisión.
Mi padre me llevó de la mano, en su rostro no se veía emoción, simplemente era como si llevara un paquete para hacer el cambio.
Pero apenas estuve delante de Jacob estiró su mano, recibiendo la mía, para darme un beso en los nudillos y acompañarme delante del Juez.
— Estás preciosa —murmuró solo para mis oídos.
—Gracias —respondí sintiéndome algo tímida.
La ceremonia duró muy poco, en menos de lo que pensé ya estaba firmando un papel. No me lo creía, semanas atrás estaba siendo plantada por el amor de mi vida, y ahora me estaba casando con un completo desconocido.
— Puede besar a la novia —dijo el juez
Este sería nuestro primer beso. No negaré que es algo incomodo, pero toda duda pasó cuando él alzó mi barbilla con sus dedos
— No tengas miedo, solo cierra los ojos y estarás bien —me susurró, solo antes de acercar sus labios en un beso suave y tierno— ¿Estás bien? —me preguntó pasando su mano por mi mejilla.Sonrojada, asentí.
Ahora era la señora de Jureck, no más la novia abandonada.
*Actualidad*
Al final no le di importancia a la advertencia de Jacob, salí de casa, metiéndome a mi auto para alejarme con esta emoción que provocaba que mi corazón latiera a velocidad.
— Es un idiota, estupido…
Cerrando mis ojos apreté con fuerza el timón. Obligándome a apartar cualquier sentimiento, mientras recordaba los primeros días de mi matrimonio.
*Flashback*
Jacob fue increíblemente tierno, jamás me forzó a nada, se desvivía en atenciones a mí, se preocupaba que yo estuviera bien, tanto que me cuestioné si podía atreverme a amar a ese hombre. Nadie, ni siquiera Dereck fue tan atento conmigo.
Gran error, pues todo cambió luego de firmar el contrato de la empresa. Él y yo nos fuimos a vivir a su casa, una enorme residencia alejada un poco de la ciudad.
Pensando que podía esforzarme para alejar los malos recuerdos de mi anterior compromiso, llegué con la esperanza de cambiar mi vida.
Sin embargo, apenas exhalé. Jacob ordenó que mis cosas fueran llevadas a otra habitación, hasta ahí no había nada de malo, ya que en el hotel que nos quedabamos, asi habia sido.
Pero su verdadero cambio fue al llegar la cena.
— Mañana quiero invitar a Betsy, crees que…
— No —negó rotundamente.
— Y más vale que te vayas olvidando de tu vida anterior, desde este momento tu eres una Jureck, vas a respetarme como tu marido, no vas a cuestionarme en mis decisiones, y solo fingiremos para el público cuando sea necesario ¿Lo entiendes?
— Jacob, pero yo creí…
— ¡Déjame comer! Ya bastante he tenido con aguantarte estos días delante de tu padre, como para seguir fingiendo.
— ¿Estás hablando en serio?
Él soltó su cuchara para mirarme con frialdad— ¿De verdad creíste que me iba interesar por ti? Mira que fácil fue engañarte ¡No me interesas como mujer! Solo eres un fachada para que el puto mundo deje de meterse en mi vida.
— Un objeto —susurré.
— Si lo quieres ver así, hazlo, y ahora cállate que quiero comer en silencio.
Fastidiada, me levanté de la mesa. No sabía con qué clase de hombre me había casado. Encerrándome en mi habitación, me llevé las manos a la cabeza lamentándome por mi mala decisión.
— Esta es la última vez que alguien me usa—me juré. Nunca más voy a permitir que otro hombre se burle en mi cara. Así tenga que matar mis sentimientos. No volveré a dejar que nadie me lastimé.
*Fin flashback*
— Jamás —dije,antes de pisar el acelerador.