El hijo de Katherine y Anthony

856 Palabras
—Yo… no lo hice. —Katherine sintió que le faltaba el aire y trató instintivamente de apartar la mano de Anthony, con los ojos llenos de lágrimas. —¿No? —Anthony miró a Katherine con desprecio. Sus ojos estaban llenos de asco y odio. —¿Y esos vídeos? ¿Y lo que sufrió Sofía? Katherine era quien mejor conocía a Anthony, y el odio abrumador de sus ojos le atravesó el corazón porque sabía que era real. —De verdad… No… No lo hice. —Katherine trató de explicar con pánico. Anthony, un poco más agitado, sintió una lágrima caliente caer en la palma de su mano. Aumentó la fuerza de su agarre y tiró a Katherine al suelo. El dolor del fuerte golpe hizo que Katherine jadeara. —Las personas malas como tú, merecen morir. Katherine intentó incorporarse temblorosa y con dificultad, mirando a Anthony, sintió como toda la decepción emanaba de su corazón. —¿Por qué no me crees cuando te digo que yo no lo hice? —En la oscuridad, sus ojos se tiñeron de rojo sangre. Se sentía cansada por primera vez en quince años—. ¿Por qué tengo que cargar con la culpa cada vez que le pasa algo a Sofía? Crees todo lo que dicen los demás, pero no me crees a mí. Katherine se sintió triste por sí misma y aliviada de que Anthony no pudiera ver la desesperación en su rostro y la miseria que se pintaba en sus ojos. Después de todo, ella solía ser muy enérgica y dulce frente a él, cuando eran felices. —¡Yo no le hice esas cosas a Sofía! No supe cómo fue que desapareció hace 3 años. Lo que le pasó fue cosa suya. ¿Qué tiene que ver conmigo? A Katherine le pareció ridículo que la acusara por algo que claramente no había hecho, sin embargo, Anthony la creía tan culpable que la estaba haciendo pagar. Los fríos ojos de Anthony y su gélida expresión, llena de odio, ya habían demostrado su desconfianza hacia su exesposa, pero en un instante, su mirada le hizo sentir que ella era honesta. —¡Señor Ross, algo malo ha pasado! La señorita Carter está sangrando mucho, su cuerpo parece dejar de responder a los medicamentos y su vida está en peligro —un hombre interrumpió a Anthony. La expresión de Anthony se tornó inmediatamente incómoda, sus cejas se fruncieron, pero sus siguientes palabras fueron decididas e innegables. —Toma de Katherine lo que sea que necesite Sofía. Sácale sangre… En cuanto Katherine escuchó sus palabras, se le apretó el corazón. ¿Tomar de ella qué cosa? ¿Darle a Sofía su sangre? Los tres tenían el mismo grupo sanguíneo y Katherine había sido protegida por sus padres desde la infancia debido a esa extraña compasión suya. ¿Ahora Anthony quería usar su sangre para salvar a Sofía? —¿En qué te has convertido, Anthony? ¿Cómo puedes hacerme esto? El pánico y la rabia hicieron temblar a Katherine, pero lo que le esperaba seguían siendo duras palabras. —Katherine, esto es lo que te mereces. Sofía estaba embarazada y luego la obligaste a abortar. Todo esto es obra tuya. Jamás te perdonaré —dijo con rabia y luego se dirigió al médico—. Llévatela. No me importa lo que hagas, no la dejes morir y salva a Sofía pase lo que pase. La contundente orden de Anthony fue seguida rápidamente por varias personas que se llevaron a Katherine. —¡No! ¡Suéltame! ¡Por favor no me hagan esto! —gritó desesperada—. ¡Anthony! ¿Cómo puedes tratarme así? Estaba aterrorizada y desconsolada a la vez. ¿Cómo podía Anthony ser tan despiadado? —¡Llévensela! En la fría mesa de operaciones, el frío de las cadenas hizo que Katherine se quedará completamente quieta ya que estaba fuertemente sujeta y no podía moverse. Las luces brillantes se encendieron y tres médicos sostenían bisturís, mirándose unos a otros algo perdidos. —Lo siento, pero por órdenes del Señor Ross estarás medio consciente durante la operación, por lo que solo usamos anestesia local. ¡Anthony era realmente cruel! Katherine intentó hablar, pero sólo pudo gemir. Las lágrimas rodaban por sus mejillas y sacudía desesperada la cabeza, llena de desafío. En este momento, ¡odiaba su propia debilidad! El afilado bisturí le cortó el cuerpo y pudo sentir un poco de dolor. El dolor le llegó hasta la médula. Katherine sintió claramente como tomaban de su sangre y el desgarro de la incisión. La escena era sangrienta, pero los médicos no aflojaron el paso. Katherine perdió la consciencia en mitad de la cirugía, esperando a morir y que Sofía en la habitación contigua fuera feliz —La… La paciente, está embarazada. —El cirujano jefe exclamó sorprendido. —Date prisa y dile al Señor Ross que su esposa está embarazada. Pídele que nos diga cómo hay que actuar en esta situación. La voz ansiosa del médico hizo que el corazón de Katherine temblara violentamente. ¿Un niño? ¿El hijo de Katherine y Anthony?
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