Capitulo 16

1458 Palabras
La noche para Ijov había sido un verdadero tormento, se levantó temprano pues no había podido dormir bien. Cada vez que cerraba sus ojos soñaba con el cuerpo desnudo de Ishla sobre la cama del hotel. Se sintió como un puberto cuando sintió la viscosidad en sus pantalones chándal. Eso no era de Dios, él a sus 35 años no podía estar mojando los pantalones de esa manera. Entró al baño para quitar todo exceso que evidenciaba la terrible noche que había tenido, entre la botella de whisky que bajo con Lorenzo y sus sueños húmedos, estaba hecho un asco. Salió repuesto aunque con malestar por haber bebido sin limitarse, miró la hora en su celular y decidió irse sin pasar por la cocina donde seguramente ya Sonia le tenía su café preparado. Tenía prisa, tenía que encontrar a Ishla en la oficina. Allí la encerrará junto a él y no la dejaría salir hasta hacerle el amor suave, sin prisa, como debió ser desde el minuto uno. Esa mujer es suya y podía hacer con ella lo que quisiera y cuando quisiera. Desde ese momento viviría para complacer sus deseos más eróticos. Aún no puede quitarse la hermosa estampa de su mente. Sus hermosos y pequeños pechos, su coño rosado rasurado solo para él. La manera tan divina de empapar su falo y lo que jamás se perdonará es no haber terminado besando cada rincón de esta. Entró a la oficina y vio que todo estaba como lo había dejado. Al menos ella aún no había llegado para hacer la limpieza, eso es aún mejor porque aprovechará cada minuto. Se sentó a comenzar a trabajar en lo que ella llegaba. Adelantar trabajo para luego entretenerse de Ishla, no laxdejaria salir hasta quedar completamente saciado de ella. El tiempo pasó e Ishla no llegó a limpiar, activando sus alertas. En el momento que iba a tomar el teléfono de la oficina para llamar a Efrain la puerta de su oficina abre dando paso a un enfadada Collette. —¿Me puedes explicar qué carajos es esto? —grita fuera de sí. Ijov ve por primera vez la noticia llevando sus manos a su rostro con frustración. "¿Quién será la misteriosa mujer que provocó que el magnate hotelero Ijov Lynx saliera corriendo de su hotel semidesnudo?" Lee el titular y quiere destruir todo a su paso al ver la foto de Ishla cuando abre la puerta del taxi. Recordar ese momento de frustración, la prensa creando morbo a través de esa escena no ayudó a su mal temperamento. —¿Quien publicó esto? —preguntó levantándose de su silla. —Me importa una mierda quien lo publicó, Ijov, tú y yo tenemos un acuerdo, podíamos hacer lo que nos de la maldita gana en privado pero esto… —la mujer estruja el periodico—. Esto es una humillación para mí, para mi familia. —concluye iracunda. —Ve, haz un comunicado de prensa que tú y yo estamos separados, que nuestro compromiso fue disuelto por mi engaño, haz lo que te plazca pero sal de esta maldita oficina ya. Yo tengo asuntos más importantes que resolver cómo buscar al periodista de pacotilla y hacerle comer sus palabras. —escupe Ijov enojado con todo. —No te reconozco Ijov, tú nunca habías hecho cosas así.—dice Collette calmandose pues no le convenía dar por terminada la relación. Sus padres estaban comenzando a tener problemas económicos y estaban pensando pedirle ayuda a Ijov. —Pues ya lo ves, no me importa nada, solo destruir a quien hizo este reportaje. —escupe poniéndose nuevamente su saco para salir de su oficina dejando a Collette allí, sin más explicaciones—. Maritza cuando Collette salga cierra mi oficina y puedes marcharte a tu casa. —La pelinegra asiente repetidas veces, pues hasta afuera se escucharon los gritos de su jefe. Tenía que enterarse bien del chisme, quien era la mujer que acompañaba a este para que se pusiera así. Ijov bajó hasta su auto para buscar al periodista que hizo las publicaciones, destruiría al periódico, el prestigio del periodista y a todos los que se pongan en su camino. Su teléfono suena con una llamada de Drika. —Dame novedades. —contesta. —Ninguna señor, la chica no ha salido, solo una mujer de algunos treinta años salió y volvió con algunos víveres. De ahí en fuera nadie más. —explica el hombre de confianza de Ijov quien asiente con su cabeza aunque no lo vean. —Bien, cualquier movimiento, todo lo que pase, me dejas saber. —pide y termina la llamada. Sale dispuesto a todo con tal de hacer pagar a los que se le ocurra querer dañar con el pensamiento a Ishla. ♤♤♤ Ishla se levanta al mediodía, no había podido dormir bien, pero al menos descansó su cuerpo. No tenía idea del revuelo que había afuera. Se vistió y salió pues era hora de entregar la habitación. Camino hasta una cafetería donde desayuno tranquilamente y cuando se sintió lista llegó a su casa. Busca la llave en su bolso pero la puerta se abre como si la hubiera estado esperando. —Hola, —dice extrañada al ver a su hermana con cara de pocos amigos. Entró y vio en la sala a sus padres y a Zuleika quienes la miraban con reproche. —¿Pasa algo? ¿Alguien se murió? —pregunto al ver que todos la veían de manera acusatoria. —¿Me puedes decir que es esto? —El primero que habló fue Albert tirando el periódico en la mesa central de la sala. Ishla toma el papel donde estaba plasmada la foto de Ijov y ella fuera del hotel. Cerró sus ojos y una lágrima rodó por su mejilla. —Padre yo … —una bofetada fue acertada en su rostro. —Eres una zorra. —escupe Bárbara enfurecida. Ishla niega llena de vergüenza. —¿Cuál es tu excusa? Porque lo que es evidente no se pregunta. —dice Emmie de manera despectiva. Ishla la mira mientras soba su mejilla. No quería estallar de manera impropia, pero la estaban presionando demasiado, su padre la tomó por los brazos para jamaquearla. —Habla maldita sea, habla, di qué hacías allí con ese hombre. —Ishla no pudo más, rompió en llanto. —Estaba pagando mis deudas, estaba pagando el préstamo que me hizo hace seis meses.—grito derrotada cayendo al suelo. Todos hicieron un silencio sepulcral, allí solo se escuchaban los sollozos de Ishla—. No tenía el dinero completo para pagar, era eso o ir a la cárcel. —sigue diciendo—. Pero ya veo que era mejor ir a la cárcel, no valió la pena mi sacrificio. —concluyó levantándose para ir a su habitación. Los cuatro miembros de la familia se quedaron allí sin saber qué decir o hacer. Había sido culpa de todos, pues ninguno aportó nada a la deuda, todos dieron por hecho que Ijov le había perdonado el préstamo cuando le llevó la comida y la hizo atender por médicos prestigiosos. ♤♤♤ Ijov supo por sus guardias que Ishla no había dormido donde sus padres, pues enseguida que ella llegó a su casa estos lo llamaron para dar informes. Quería matar, quería saber donde se había quedado y si había pasado la noche con alguien más este lo haría añicos pues esa mujer es solo suya. Entró a la editorial donde se publicó el reportaje. —¿Dónde está el cobarde de Petro Juares? —pregunta comenzando a tirar todo a su paso. —Señor Lynx no puede… —La mirada de Ijov era aterradora. La mujer dio tres pasos hacia atrás. —No digas lo que puedo o no hacer. —grita iracundo. Unas horas antes de llegar había descubierto que los dueños de la editorial tenian una jugosa deuda con el banco, deuda que Ijov se encargó de pagar quedándose con las instalaciones, y todo lo que tuviera que ver con dicha editorial convirtiéndose el nuevo dueño de la misma. —Señor, usted no está autorizado a pasar. —Ijov sonríe aguantando el deseo de asesinar a alguien. —Si no quieren quedar fuera de mi maldita editorial, me van a dejar pasar y van a buscar hasta por debajo de los malditos escombros si es posible al imbécil de Petro. —exige Ijov. Todos lo miran confundido y uno de los periodistas que allí estaba fue a buscar a la gerente de turno. —¿Señor Lynx, en que lo puedo ayudar? —dice la mujer con voz calmada. —Quiero conocer a Petro Juares. —escupe tirando los papeles que le había dado el banco de su nueva adquisición.
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