Dia de la Entrevista

1322 Palabras
CAPÍTULO 6 DÍA DE LA ENTREVISTA El día en que el que iría en busca de mi destino había llegado, decidí usar una falda negra ajustada, una camisa holgada en nude y unos zapatos de tacón, en pocas palabras me veía hermosa. -Bien, Alan, estoy lista para cumplir mi segundo deseo. Él me observó y aplaudió al ver mi vestuario en mi nueva yo. –Eres hermosa, te ves sencillamente divina. ¿Dime, me da curiosidad lo que traes en manos? Yo estaba emocionada, me senté a su lado y le conté lo que pensé durante toda la noche. Lo primero que hice fue enviar un curriculum a la dirección de correo electrónico de Gold Corporation, no hay ninguna vacancia, pero soy estudiante de marketing, voy en el segundo año, además hice cursos de secretariado y hablo ingles, así que, no pierdo nada intentando, y allí es donde entras tú. -sostengo su mentón- Harás tus pequeñas maravillas para que la secretaria actual del CEO, no lo sé, le de cólicos y tenga reposo de un mes, eso lo dejo en tus manos querido demonio. Luego, cuando ya esté trabajando allí, entonces mi belleza hará lo suyo, si dices que todo volverá a la normalidad a excepción de que mi cuenta bancaria ya no esté en cero, entonces pensé en ofrecerle servicios de marketing, también hago diseños espectaculares, obviamente también me ayudaras a que el CEO elija mis creaciones, y se los venderé por mucho dinero. Alan me observaba atento cruzando sus brazos. –¿Qué opinas Alan? Le pregunto ansiosa –Eres muy inocente, aun así creo que no es mala idea, tienes unas ideas un tanto infantiles, pero pasarás desapercibida, eso de enfermar a la secretaría podría intentarlo, pero no será nada de gravedad para que vaya de reposo por el tiempo que pediste, si hago algo complejo, estaré en problemas, y ambos no queremos eso. No puedo evitar decepcionarme ante su comentario, aun así lo intentaría. –Es hora de irnos, yo no tengo auto, por ende debemos tomar un ómnibus para llegar. –No hace falta Bonita, cuando te dije que de los detalles me encargaría, lo hago. Siempre cumplo mis promesas. –Creo que… ¡Eres el mejor demonio que pudo haberme tocado! –Lo sé, tuviste suerte conmigo. Vamos. -me abre la puerta- Alan podía ser un demonio, pero se comportaba tan caballeroso que por momentos olvidaba su condición, y la mía, tenía tantas ganas de hacerle preguntas, pero la ultima vez que lo interrogue, sentí un frío abrumador, sigo sintiendo los escalofríos de esa vez. Me sorprendo al escuchar que quien haría las preguntas sería el. –Bonita, ¿Por qué deseaste ser hermosa?, bueno cómo te considerabas anteriormente. Quedé en silencio por un instante antes de responder… Siempre fui insignificante, creo que no fui dotada ni con inteligencia, gracia o belleza, yo normalmente soy una mujer delgada y bajita, si me paro al lado de la antigua Sara, pues… mi nueva versión, le haría diez a cero, para mis veinte años, me resultaba muy difícil encontrar un trabajo, además, te prometo que en lo único en lo que soy buena es en diseñar y usar mi cerebrito para ingeniar alguna idea creativa e innovadora para publicitar cualquier marca. Pero, ¿de qué me sirve? nunca me dieron la oportunidad, inclusive recuerdo que una entrevista de trabajo nos pidieron crear bocetos digitales, mi diseño quedó en primer lugar, y cuando ingresamos a la segunda entrevista, la encargada me dijo sin titubear que yo no era la imagen que buscaba la Corporación, me ofrecieron hacer trabajos desde mi casa porque al CEO le encantaron mis bocetos, pero no así mi apariencia, esta última parte evidentemente ni me lo dijo directamente, pero ya conoces la frase, “al buen entendedor, pocas palabras”, entonces aparte de sentirme derrotada, abofeteada, discriminada y excluida, no quiero contarte lo que fue mi adolescencia. Terminé mi oración con un suspiro. –Sara, tienes un aura peculiar, por momentos juraría que serías una excelente demonio, y en otros, eres tan inocente que no puedo resistirme a tanta pureza, el aura que emanas aunque tengas pensamientos malvados no deja de ser cálido, por ahora. Y tu historia me parece válida, la humanidad suele ser muy cruel. –Si, muy cruel, por eso es mi momento de ser un tanto cruel. -lo miro con una sonrisa de complicidad- Con tu ayuda, claro. Por cierto ¿A qué te refieres con por ahora? –Apenas estás comenzando a jugar, en unos meses quiero ver cómo te transformas. –¿Es divertido para ti verdad? –Lo es, es un buen distractor mientras tenga algo que hacer, es más entretenido que estar sin hacer nada. Yo voltee hacia él, habíamos llegado a Gold Corporation. –Entonces, espero que te diviertas tanto como yo. -le sonreí y baje del auto- Alan Esta mujer tiene pensamientos bastantes oscuros, está dispuesta a hacer lo que sea por cumplir con su cometido, se sigue frenando por los pocos principios que le quedan, y mientras más oscuras sean sus ideas, más beneficios obtendré, y me quedarán menos absurdos deseos que cumplir, rápidamente se le ocurrió enfermar a una persona, su oscuridad sin duda iría subiendo de nivel, y eso me excitaba y me divertía, hacía cientos de años que no me sentía ansioso por ver el final de uno de los deseos. En la recepción de Gold Corporation: –¿Buenos días señorita, en que la ayudo? Mis piernas temblaban, > me decía mientras me acercaba al escritorio de la recepcionista. –Buenos días, vengo a dejar mi hoja de vida, a modo de que tengan en cuenta mi perfil para algún puesto aquí, yo misma podría entregarla, si me lo permiten. La mujer me observó de pies a cabeza, más vale que Alan me este ayudando, solamente necesito entrar, luego estará en mis manos lo que sigue. –No contamos con vacantes, pero llamaré a la jefa de recursos humanos. Un momento por favor. –Perfecto, es una excelente idea. -respondí- La jefa de recursos humanos, debe ser la misma perra que me rechazó por no ser una barbie, la misma no tardó en bajar, estaba prácticamente corriendo de un lugar a otro. ¡Por Dios! La secretaria del señor David se siente muy mal, no puede siquiera estar de pie, necesitamos enviar a alguien a cubrir la reunión, sino seré despedida. Cuando escuche eso, no pude estar más feliz, el demonio había cumplido con el acuerdo, esa mujer odiosa no deja de verme mientras pego su grito al cielo. –¿Y tú quién eres? Pregunta la perra odiosa. –¡Oh! Disculpe Licenciada Odette, esta señorita vino a dejar sus documentos para alguna vacancia. La señora se dirige hacia mí. –¿Necesitas un empleo? Me pregunta. –Así es Licenciada, soy buena en lo que me pidan, además tome varios cursos de atención al cliente, documentaciones corporativas. -dije entusiasmada- –Muy bien, si no tienes problemas puedes empezar ahora mismo, una de nuestras colaboradoras está mal de salud, y necesito que alguien atienda a los invitados a una reunión muy importante. –Estaría encantada, Fue lo que respondí, nunca hubiese imaginado que conseguir un empleo podría resultar ser algo tan fácil. La recepcionista nos observaba nerviosa y con sorpresa. –Lic. Odette: Lo único que debes hacer es atender a los invitados, servir café, llevar agua y al finalizar la reunión, despedirte de cada uno. ¿Comprendes? –Sara: A la perfección, señora. –Lic Odette: Eres muy bonita, no creo que haya ningún problema con que seas la suplente de la secretaria del Señor David, ven te mostrare quien es. La perra Licenciada, me llevó hasta un ventanal, obviamente yo, ya sabia quien era el CEO, pero la deje hacer su trabajo, y allí lo vi. El apuesto CEO David Castle, ya estoy cerca de ti…
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