El viento golpeaba su rostro, las hojas secas volaban del suelo por las fuertes pisadas de Fergus, ya casi estaba cerca del pueblo, el ruido de las armas llegaban hasta sus oídos.
Fue entonces que se asombró de los destrozos que esos criminales habían dejado, tiró de las riendas a un lado buscando a su hermano, pero no hallaba rastro de él.
Vio que uno de sus hombres necesitaba ayuda y sin dudarlo se acercó a auxiliarlo.
— ¿Estás bien? ¿Puedes continuar?
— Señor Robers… —pronunció el caballero. —Si, creo poder seguir, pero el castillo.
— ¿Qué pasa con el castillo?
— El líder de nuestros enemigos va rumbo al príncipe Ethelbert, su objetivo principal es eliminarlo.
Escuchó cada palabra con terror, la vida de su hermano como la del rey estaban en peligro y el tiempo era lo que me
