|Reinaldo| Vaya, justo cuando charlaba con Aurora, me entra una llamada de Azucena, uno de mis ligues en España. Sin embargo, parece que la suerte me sonríe. Me he propuesto tomarme un respiro, unas vacaciones que van más allá del simple descanso. Y, tengo una misión: cuidar de Aurora, esa mujer que ha vuelto a mi vida de la forma más inesperada y curiosa. Le salvé la vida y no puedo negar que me siento de puta madre por haberlo hecho. Anoche, no pegué ojo. Mi cabeza era un hervidero de pensamientos, todos girando alrededor de ella por su alta hoy. Ni siquiera pude centrarme en la videollamada con Gloria, mi fiel secretaria que me ponía al día sobre la empresa. Sus palabras se perdían entre mis recuerdos, todos llenos de Aurora, quien ahora se vendría a vivir con mi madre y conmigo. ¿Có