DESTINOS CRUZADOS

CAPÍTULO 1

*** ALICIA ***

Soy Alicia Montero, tengo 30 años. Siempre me encantó la docencia, creo que tengo el don de enseñar y toda mi vida, soñé con ser una gran maestra.

Después de terminar mi carrera de pedagogía, logré conseguir trabajo en un colegio privado, lo que me ha hecho amar cada vez más mi profesión, ya que pagan bien, los niños me adoran y el ambiente laboral, ni se diga.

Desde que conseguí el empleo tuve que venirme a vivir sola, ya que mi familia vive en un pequeño pueblo, que es algo lejos de la ciudad.

Realmente soy muy "relajada", a la hora de vestir, ya que siempre uso jeans, camisas anchas y tenis. No me gustan los vestidos ni los tacones.

No soy de novios tampoco. He salido con chicos, pero nada serio, ni importante. Creo que eso del amor no es lo mío.

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— Entonces, no olviden hacer su investigación y el ensayo para el Lunes, a demás, habrá punto extra, si lo tienen bien redactado y completo. ¿Ok?. — Anuncio y mis pequeños alumnos de tercer año, responden al unisono con un ¡Si, profe!.

— Bien, pequeñitos, eso es todo por hoy. Puede ir en orden, a la salida. Que tengan feliz fin de semana. — Finalizo y salen disparados del salón.

Me acerco a mi puesto, empezando a empacar mis cosas para salir también.

De repente, una voz me interrumpe desde el dintel de la puerta.

— Al fin viernes. No?. — Espeta Brenda, mi mejor amiga y compañera en el colegio.

— Sí, amiga. Al fin!. — Exclamo con un leve suspiro.

— Te acerco a tu casa, Vamos. — Propone y asiento agradecida.

— Y... ¿qué harás este fin?. — Me pregunta mientras vamos en su carro.

— Bueno, calificar algunos talleres y ver Netflix, supongo. — Le respondo encogiendo mis hombros.

— Ay Ali, que aburrida. — Bufa. — Yo voy a ir de fiesta con unos amigos, ¿por qué no vienes?. — Propone moviendo sus cejas de arriba a abajo.

— ¿Qué?, No!. La última vez que bebí, terminé pasando la peor vergüenza de mi vida. — Le respondo sonrojada y ella suelta una carcajada.

— Tampoco, No exageres. Bailar sobre la mesa y besar a ese "bombón" que conociste en la disco, no puede ser motivo de vergüenza, Alicia. — Rebate aún entre risas.

— Para mí, lo es. — Respondo y siento mis mejillas arder.

Es que esa noche definitivamente la Alicia tímida y callada, estaba dormida, porque recuerdo que el licor me pasaba como agua por la garganta y estaba muy "happy". De la nada un chico muy guapo, estaba en la mesa con nosotros, por lo que empezamos a hablar.

Sólo tengo vagos recuerdos bailando con él sobre la mesa, luego, estábamos en las afueras de los baños, en un apasionado beso. De no ser por Brenda, que llegó al rescate, no sé en qué hubiéramos terminado. >>

Brenda me deja en el departamento y entro.

— Hola, mi bebé. — Saludo a "Winny", mi perrita. Una Pincher mediana, color canela.

Ella agita su pequeña cola, mientras se restrega en mis piernas.

La alzo en mis brazos y beso su cabecita, mientras ella me lame la barbilla, por lo que la bajo de inmediato.

— ¿Tienes hambre, mi preciosa?. — Pregunto mientras le lleno su tazón con el concentrado y le pongo agua fresca.

Voy a mi habitación, me quito los zapatos y me tiro a la cama, buscando descansar un poco.

*** EMILIANO ***

Soy Emiliano Chávez, tengo 33 años y una hermosa hija de 7, su nombre es Abril.

Tenía un maravilloso hogar, con el cual muchos quizás sueñan, pero la vida arrebató mi felicidad.

Hace poco más de 4 años, La madre de mi hija y mi esposa Cristina, falleció en el más terrible accidente de tránsito.

Desde ese día, nuestras vidas han sido un infierno. De no ser por mi hermana Nataly, no sé qué sería de nosotros, ya que ella se vino a vivir a nuestro departamento, se encarga de Abril y nos da muchísimo apoyo a los dos.

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— Emi, Abril está lista. — Anuncia Nataly llegando al comedor, con mi hija de la mano.

— Ay, que preciosa te ves, mi vida. — La halago sentándola en mis piernas. — ¿No hay un beso para papá?. Pregunto mimado, por lo que ella sonríe y me besa en repetidas veces la mejilla.

Beso su mejilla y ella baja de mis piernas, para irse con su tía, a matricular al nuevo colegio.

*** NATALY ***

No tengo hijos, pero Abril es como si lo fuera. Creo que después de la muerte de su mamá, ella necesita amor y trato de dárselo cada día, para que sienta que no está sola.

Tuvimos que cambiar a mi sobrina de colegio, ya que estaba bastante lejos del departamento y me enteré que abrieron inscripciones en un colegio que es más cercano.

Emiliano no quería y después de varios años dejando perder la oportunidad, éste año logré convencerlo, así que pregunte y me dijeron que sólo necesitaba las notas de su colegio anterior y pagar la matrícula, lo que me encantó porque no hay tanto trámite. A demás, no llevan mucho tiempo las clases.

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Salimos con mi sobrina, ya que debo llevarla a conocer.

Llegamos al colegio y paso con la directora, que le hace primero una entrevista a solas a Abril y luego me hace entrar.

— Siga, señora Chávez. — Pide señalando dentro de la oficina.

— Gracias. — Espeto al pasar y tomar asiento junto a mi niña.

— Bueno, debo decir que Abril, es una niña muy inteligente, muy respetuosa. — Comenta la directora y yo sonrío.

— Si, mi muñeca es muy bien educada. — Concedo amable.

— Me decía que la mamá de la niña... —

— Sí, directora. Cristina se nos fué en un terrible accidente, hace más de 4 años. — Le relato interrumpiéndola y ella me hace un gesto de lástima.

— Comprendo, señora Chávez... — Hace una pausa. — Por mi parte, bienvenida a nuestra institución. — Dice sonriente, extendiéndole la mano a Abril, quien le da la suya y luego la directora, repite el gesto conmigo.

— Gracias, directora. — Espeto feliz.

Salimos de la oficina, damos un recorrido por el colegio, hago el papeleo y salimos muy felices a comprar el uniforme y las cosas que nos pidieron, para empezar sus clases de tercer año.