¿COMO PASÓ ESTO?

3258 Words
¿Creyeron que esto había terminado? No, esto aún no termina, de hecho apenas comienza. Emma Roberts obligó a Benjamín Black a casarse con ella, vivió un infierno por sus malas decisiones y por su obsesión; pero luego de unos años tormentosos donde pensó muchas veces que ella nunca podría ser amada por él, al final encontraron la manera de amarse, perdonarse y tener una vida llena de felicidad y mucho amor. Pero... ¿Y si Emma pudiera probarse a sí misma y los demás que pasara lo que pasara, ellos siempre estuvieron destinados a estar juntos?, a raiz de esto tendrá que vivir múltiples situaciones y absurdos, todo por culpa de un gran error que cometió y por el que casi pierde absolutamente todo lo que tanto le costó conseguir. Te invito a sumergirte en esta loca aventura, en donde nuestra protagonista tendrá que enfrentarse a un mundo patas arriba y tendrá que luchar con uñas y dientes por recuperar lo que le pertenece. CAPÍTULO 1 EMMA Mi nombre es Emma Black y no me avergüenza decir, que me casé por contrato gracias a un chantaje del que me valí para poder estar junto al hombre que amaba con locura y con el que estaba obsesionada desde que era chica hace ya algunos años. Muchas de ustedes saben de sobra, que sufrí y también derramé muchas lágrimas como consecuencia de mis malas decisiones, aprendí que no se debe obligar a otra persona a hacer lo que tú quieres, porque todos tenemos un destino y este va a cumplirse de una u otra manera. Aunque, ¿a quién quiero engañar?, no me arrepiento de nada de lo que hice, porque debo decir, que de una manera poco ortodoxa, al final logré lo que deseaba, me salí con la mía, cosa que siempre hago; lo más increíble fue lograr que el hombre que amo no solo me amara de vuelta, sino que también, me diera toda su devoción, respeto y lealtad. Mi vida para muchos parecerá aburrida y rutinaria; pero resulta que a mi manera de verlo no es así. Tengo el cuento de hadas, mis felices por siempre, solamente me falta el canto con los pajaritos todas las mañanas tipo princesa. Tengo la vida que cualquier mujer podría desear, una hermosa casa gigante en el mejor sector de la ciudad, sí, sé que parecía un panteón por lo fría y sola que se sentía al principio de mi matrimonio porque era mi cárcel, pero hoy por hoy es un hogar cálido donde vivo con mis dos hermosos hijos y ni que decir de mi sexy, perfecto, musculosos, guapísimo y delicioso marido, con el que soy inmensamente feliz. Hace años, cuando vivíamos como perros y gatos en nuestros días más oscuros, recuerdo que mi mayor proyecto fue ser una empresaria independiente, valerme por mi misma, simplemente tener algo que me perteneciera, quería alejarme de él. Pero cuando dejé que me calentara el oído y me enredó con esa sensual sonrisa que me estremece y me desaparece las bragas, sin contar sus dotes amatorias, todo simplemente cambió, mis prioridades cambiaron y entonces nació mi primer hijo; nunca había sido tan feliz o me había sentido tan plena, todo me hizo estar segura que estaba en el lugar correcto, ya no quise estar lejos de mi bendición, no quería apartarme de mi pequeño por mucho tiempo, y resulta que me gustó eso, estar en casa, cuidar de mi hijo, no perderme ni un segundo de su vida. Luego tuve mi segundo embarazo y desde entonces me he dedicado de lleno a ser mamá y un ama de casa un poco diferente y medio loca; aunque no es que lo haya abandonado todo por completo, aún trabajo a tiempo parcial en la fundación que dirigimos con mi madre y mi suegra, en la que brindamos apoyo a mujeres en situación de vulnerabilidad y violencia, aunque no gano dinero con eso, simplemente me gusta saber que puedo ayudar a alguien más, así que digamos que no renuncié a mis proyectos en su totalidad. Muchas han dicho que perdoné a Ben demasiado rápido, pero en serio, llevábamos casi 4 años en guerra, viviendo en un infierno, ¿qué más se supone debía hacerlo sufrir?, o para el caso seguir sufriendo los dos. Durante los años que vivimos en nuestra casa como enemigos, no hubo un segundo que yo dejara de amarlo aunque también lo odiara, jamás dejó de estar dentro de mi corazón, no habria podido dejarlo, no armé todo él plan y provoqué tantos problemas para luego quedarme con las manos vacías. Aunque me cueste, debo admitir que no fue fácil dejar ir las cosas malas del pasado; pero luego comprendí que yo simplemente lo amaba demasiado, o como dirían por ahí estaba obsesionada con él, aún lo estoy, ¿¡han visto a ese hombre!?, es la personificación de la perfección por dentro y por fuera; por lo tanto, luego de darse cuenta de que me amaba y que me hizo daño, se dedicó todos estos años a enmendar su error, llenarme de amor incondicional y felicidad, por eso fue fácil dejar atrás el rencor y perdonarlo de forma definitiva. Nunca encontrarás a un hombre más leal, amoroso, tierno o comprensivo como Benjamín Black; cuando nos perdonamos, él volvió a ser ese chico dulce y bueno que era antes que mis decisiones lo convirtiesen en un amargado y odioso bastardo; aunque aún creo y sostengo que todo fue por su bien, ¡íbamos a estar juntos de todas maneras!, estoy segura de que estaba en nuestro destino. A veces me gustaría poder demostrar que si yo no hubiera hecho lo del chantaje de igual forma habríamos terminado juntos, porque estábamos destinados desde el principio... Esta mañana me despierto con las manos de mi hermoso marido acariciando mi cuerpo, lo siento detrás de mí, besando mi cuello y manoseándome por todos lados, es nuestra normalidad y me gusta mucho. — Nena despierta — Me habla al oído con esa voz ronca que lo caracteriza, gruño un poco porque aún no suena la alarma, lo que quiere decir que es súper temprano, no quiero despertarme todavía — Emm — Susurra en mi oído y luego besa mi cuello de nuevo, está buscando sexo mañanero, sabe que los chicos se despertarán pronto y no podremos hacer nada en todo el día. Hay algo con Benjamín Black y es que a pesar de que me ha visto en todas las situaciones habidas y por haber, bonitas y feas; su deseo por mí parece no disminuir ni un poco. Pensé que al ver como expulsaba un humano de mi cuerpo por su agujero favorito, dos veces, iba a sembrar el terror y causar un problema en el funcionamiento de su hombría, pero al parecer el tipo tiene un estómago bastante fuerte porque aun ama, besa y venera mi entrepierna con sus manos y boca como si fuera el mejor lugar del universo. — Amor comienza sin mí — Ofrezco, siempre estoy dispuesta para él, pero últimamente me he sentido demasiado cansada y agotada, no tengo fuerzas para nada, creo que necesito vitaminas. — ¿Qué diablos Emm?, como me dices eso. — Casi me río cuando abro un ojo y veo su cara de indignación. — Es muy temprano, ¿Cómo es que puedes estar tan activo a esta hora? — El hombre maneja un imperio y aún así llega a casa con energía para jugar con sus hijos y también para cuidar de mí y nunca se cansa, lo dicho, es como Superman. — Tenemos dos hijos pequeños y solo tengo una hora para mí solo, con su hermosa y caliente madre a la que amo y deseo con locura — No voy a poder negarme a nada después de esas palabras. — Amor, no me he cepillado los dientes. — No me gusta besarlo antes de lavarme la boca, el aliento matutino no es muy romántico que digamos, aunque a él no es que le importe mucho. — Toma mastica esto, no hay tiempo que perder. — Tiene una pastilla de menta en la mano y la mete en mi boca, luego hace lo mismo, yo la saboreo y luego la mastico, Ben es absolutamente sorprendente, a estas alturas de nuestro matrimonio ya tiene muy claro cómo lidiar con todas mis objeciones. — Eres un hombre recursivo, ¿no es así? — Le digo acomodándome para que pueda ponerse sobre mí. — Debo serlo, te amo y me gusta hacer el amor contigo. — pongo mis brazos sobre su cuello y enrosco mis piernas alrededor de su cadera, él siempre se sale con la suya conmigo. — Yo también te amo Ben. — No me canso de decirlo, él es el amor de mi vida, nuestro amor es a prueba de todo. Nos besamos y me quita la gran camiseta suya que uso para dormir, es algo que adoro, tengo muchos camisones sexys y hermosos, pero no puedo resistirme a usar las cosas de Ben, me gusta ponerme sus camisetas y amo totalmente la manera en que gruñe y me mira con ese brillo hambriento y posesivo en los ojos cuando mira lo que llevo puesto. Mi hombre ha despertado este día en una misión, me besa el cuello mientras acaricia mis pechos, entonces paso de somnolienta a absolutamente excitada, Ben se separa de mi cuerpo para quitarme las bragas y no pasa mucho tiempo cuando está dentro de mi centro moviéndose una y otra vez hasta que no lo soporto más y comienzo a temblar de placer, él ya sabe que soy una gritona así que pone su mano en mi boca cuando llego al orgasmo para que no me escuchen fuera de esta habitación; luego me sigue y llega con ese sexy gruñido de placer que lo caracteriza cuando está en pleno clímax; se queda dentro de mí por un tiempo antes de retirarse y ponerse a mi lado, me acomoda en su pecho y me abraza por un buen rato. Esta es nuestra normalidad, él va a la oficina a mantener a flote nuestro imperio, y digo nuestro, porque todo lo que tenemos nos pertenece a ambos, somos un equipo, mientras yo cuido de nuestra hermosa familia, Ben cuida de los negocios. — ¿Qué harás hoy? — Me pregunta jugando con mi cabello. — Debo recoger a Cami, sabes que no tiene auto a propio, así que siempre tenemos que llevarla a todos lados, con Lauren de viaje con Julián a la cabaña del lago es mi turno de hacer de chofer.— Hemos pasado demasiadas coas este último año y hasta este momento fue que Lauren pudo irse a una escapada de fin de semana con su esposo. — ¿Quién cuidará a los pequeños engendros? — Al principio se molestaba porque yo los llamaba así, pero él siempre termina dándome la razón. — Tu madre casi se muere cuando dije que los dejaría con la niñera y no con ella, así que los llevaré a su casa antes de ir con las chicas, aunque Lauren no está, aun así, necesito mis horas de tiempo con adultos que no lloren y me escupan — Las chicas y yo solemos destinar uno que otro día para reunirnos y pasar un tiempo de calidad sin nuestros hijos, aunque esto no aplica a Camila, ella igual ama nuestras quejas maternales. — Te amo tanto Emm, nunca ni por un segundo dudes de lo que siento por ti — Levanto la cabeza y lo miro a los ojos, ¿por qué siento como que me estoy perdiendo algo aquí?. — ¿Por qué me hablas como si te despidieras de mí? — Soy muy supersticiosa, ese tono me ha preocupado un poco. — Solo... no me canso de decirte cuanto te amo, lo feliz que soy a tu lado y cuán importante eres para mi vida. — Y ahí lo tengo de nuevo, es tan romántico que no puedo creer que esto es real y nuestra vida es así de perfecta. — También te amo con todo mi corazón — Le digo dándole un beso y levantándome al baño. Cuando salgo de hacer mis asuntos, él me vuelve a sorprender diciendo cosas que no me canso de oír: — Creo que estábamos destinados a estar juntos, que tú eres mi alma gemela Emm. — ¡Oh diablos!, siento que mis piernas se tambalean, mi marido es todo un poeta. — Sabes que mis bragas desaparecen cuando me hablas así. — Le sonrío y me pongo sobre su cuerpo. — Pero estás desnuda. — Me rio y lo beso. — ¡Exacto! — Y así comienzan nuestros días, él y yo siendo nosotros mismos, tratando de no perder nuestro felices por siempre, evitando que nuestra chispa se apague nunca. **** **** ***** ***** Voy al departamento de Camila a recogerla, pero llego una hora antes de lo que habiamos quedado porque me fui de compras y le traigo un hermoso cuadro que vi en una tienda de antigüedades y creo que sería algo muy lindo para poner su sala de estar. Bueno, la verdad es que se me fue la mano en mis propias compras y tengo que depurar el sentimiento de culpa regalando algo. Necesito ir al baño urgentemente, hace un tiempo que mi vejiga ya no aguanta un trayecto de una hora, le hablo por el intercomunicador y le pido que me deje entrar, meto el auto al estacionamiento, tomo el ascensor y subo al departamento, la puerta está abierta y entro rapido sin saludar, voy directamente a su baño a descargar porque casi me hago pis antes de llegar a su piso, cuando por fin nos saludamos recuerdo que, por venir tan apurada no traje el cuadro así que le digo que iré a buscarlo, ella responde que lo deje para después, pero mejor voy por él y lo ponemos de una vez; bajo nuevamente al estacionamiento y abro la cajuela, el cuadro es un poco pesado, pero no mucho, lo saco, cierro y voy hasta el ascensor que se está tardando en llegar; cuando se abren las puertas por fin, entro y oprimo el botón para subir de nuevo, cuando las puertas vuelven a abrirse en el piso de Cami salgo y me detengo en seco al ver la escena frente a mi, el bastardo psicópata de Paul Freeman está apuntando a Cami con un arma; me lleno de ira al instante, ¿en serio?, este tipo me tiene harta, no lo pienso, aprovecho que no se ha dado cuenta que estoy detrás y ¡bum!, lo golpeo en su fea cabeza con el cuadro, esto lo aturde y hace que el arma caiga al piso, pero no queda inconsciente, debo alejarlo de Cami como sea, así que voy al taque y me cuelgo de él como un mono en su espalda, mientras lo golpeo en la cabeza con mis puños, él trata de quitarme de encima, pero siempre he sido una mujer muy motivada, comienza a moverse hacia atrás y de pronto estamos cayendo por las escaleras, yo debajo y él encima de mí como una bola de nieve, creo que se me está rompiendo todo en el cuerpo y entonces mi cabeza golpea el piso, el dolor es insoportable y caigo en la inconsciencia. — ¡Hijo de puta! — Es lo último que pienso. — Creo que esta vez se me fue la mano, Ben no va a estar nada feliz. — Pierdo el conocimiento y todo es oscuridad. ----- ------ --- ----- ----- ------ Despierto de golpe, ¿Qué mierda?, estoy tirada en el piso y alguien me está sosteniendo por el pecho para que no me levante, ¿Dónde estoy?, ¿a dónde fue Cami?, ¿y pendejo Paul?, miro quien está conmigo y veo que es mamá... — ¿Mamá? ¿Qué haces aquí? ¿Dónde está Camila? — Estoy súper confundida, ¿Qué hace mi madre conmigo? — ¿De qué hablas Emma? ¿Quién es Camila? — No entiendo por qué mamá dice que no sabe quién es Cami, se volvió loca — Íbamos saliendo del restaurante, resbalaste por la escalera y caíste al piso. — Suelto una pequeña carcajada, ¿Cómo es que estoy en un restaurante?, esto cada vez se pone más extraño. — No puede ser, estaba en el edificio de Cami, luego Paul y yo caímos por las escaleras. — Trato de explicarle, pero me mira horrorizada. — Emm hay que llevarte al hospital, estás desvariando y me estás asustando. — creo que debo mejor llamar a mi marido, esto no me gusta nada. — Mamá, hay que avisar a Ben, llámalo por favor. — Ella se queda mirándome muy seria. — Emm, ¿de qué hablas? ¿de que Ben hablas? — Creo que el golpe la afecto a ella y no a mí. — De Ben, mi marido y padre de mis dos hijos — Respondo rodando los ojos, ella no reacciona y sigue mirándome asustada. — Emma no tienes ningún marido y mucho menos hijos. — Veo un paramédico venir hacia mí y no contesto nada porque el comienza a trabajar en mí. — Señorita tranquila, vamos a ayudarla — Me dice mientras pone un collarín en mi cuello y hace la rutina para la que está entrenado, cuando estoy en la camilla y me están transportando a la ambulancia escucho a mi madre decir: — Que bueno que llegaron, está hablando incoherencias, estoy muy asustada, se golpeó la cabeza y estuvo inconsciente unos minutos luego resbalar por la escalera. — Me suben en la ambulancia y mientras me conecta a varios aparatos comienza a hablar conmigo: — Señorita, ¿recuerda quién es? ¿Cuál es su nombre?, ¿edad? — Como si no supiera yo quien soy. — Claro que sí, mi nombre es Emma Black, tengo 28 años y soy madre dos hijos Jacob y Christian. — Mi madre quien se subió conmigo dentro del transporte jadea poniendo una mano sobre su boca, luego mira al paramédico y me contradice. — Se llama Emma Roberts, tiene 23 años y acaba de volver a casa de la universidad, no tiene marido ni hijos, está desvariando. — Asegura, yo me enojo y comienzo a discutir. — ¿!Que!?, ¡no es cierto!. — Ya sé que pasa aquí, pienso, debo estar inconsciente. — Esto no es real, esto no es real. — Repito una y otra vez. — Vamos a llevarte al hospital para que te hagan un examen y te revisen ¿está bien? — Trata de calmarme el hombre. — Haz lo que quieras, al fin y al cabo, nada de esto está sucediendo realmente. — Le aseguro molesta. La ambulancia arranca y yo me quedo tranquila, estoy segura que esto no es más que una pesadilla, no puede existir un mundo donde Benjamín y yo no estemos juntos ¿o sí?... ADVERTENCIA: Este es el 4.º libro de la Serie Amores de Hierro, que comienza con Los juegos del destino, puede que te sientas un poco perdida, espoileda y no entiendas mucho de la situación en la que se encontrará nuestra protagonista si no has leído los libros anteriores, ya que todo sucede luego de su pelea con Paul Freeman, defendiendo a Camila y luego de caer escaleras abajo durante esta pelea en el libro número 3 de la serie. Todos los Derechos Reservados, se prohíbe cualquier reproducción sin autorización de la autora.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD