CONQUISTANDO AL HERRERO Prologo Las lluvia caía afuera en la cuidad, dos sombras acurrucadas en la oscuridad de la noche, Amándose y retozando después de tantos años de no estar juntos. Como dos almas gemelas separadas por el tiempo y la distancia. Cerró los ojos concentrado en la textura de su piel, las caricias de sus pequeñas manos sobre toda su espalda arañada por sus manos. Beso sus labios con ternura. .-oh, mi amor…- la sonrisa de satisfacción en su cara era lo más que podía soportar. Sus manos unidas resplandecían en colores rojos y blancos. Los ojos de color chocolate de la diosa lo miraban con adoración mientras le hacia el amor en su cama. Una cama que jamás pensó en volver a estar, pero aquí estaba. De nuevo con su mujer después de tantos siglos de ausencia. Tomo su mejilla acariciando con ternura a afrodita, la sonrisa en el rostro de Hefestos valía más que mil tesoros que le pudiese dar. Todo lo que siempre ha querido lo ha tenido con él. Que estúpida fue. Con su esposo. El momento de la culminación fue como un hormigueo sobre toda su piel sensibilizada por la actividad amatoria. Hefestos salió poco a poco del cuerpo de su mujer abrazándola por detrás. Encajando perfectamente como solo dos seres iguales lo harían. .-te amo y siempre lo he hecho afrodita.- beso el cuello mordiéndola levemente dejando una pequeña marca en el lugar del beso. Lástima que tendría que asesinarlo. Sonrió amargamente. Pero no podía dejar que esa espada callera en las manos equivocadas. Lo tenía que hacer, aunque con ello se destrozase la única felicidad que haya conocido en sus milenios de vida. Su mirada se concentró en la lluvia. Que caía sobre la ventana de la pequeña casa que poseía Hefestos en el mundo humano. Solo quedaba una semana.