Me Has Costado Una FortunaUpdated at Oct 11, 2022, 21:50
Vladimir Rodríguez era un muchacho de 22 años, estudiante universitario de derecho, trabajador que no tenía miedo a enfrentarse a lo que sea para obtener el pan de cada, de forma honrada por supuesto, quién había aprendido buenos valores morales de su madre, quién lo enseñó a ser el hombre que era a pesar de ser viuda, pero lo poco que el muchacho había vivido con su padre le enseñó que la vida había que ganársela con paciencia y esfuerzo.
Coral Villalona era una joven de 20 años, universitaria, estudiante de ingeniería; niña rica, mimada por todos los que la rodeaban, sobre todo por su padre. No sabía lo que era prescindir del lujo, tenía cosas que apenas si usaba, y las cuales arrojaba a la basura por la simple falta de interés.
Ella entró a la universidad estatal de la capital de su país, ya que su progenitor impartía clases allí, por lo que eso le daba privilegios, cosa innecesaria considerando su situación económica, pero ese le sirvió para conocer a Vladimir, quién con sólo conocerla ella le cayó como una piedra de molino en un pie, por lo que Coral decidió serle como una sombra sin saber lo que eso le acarrearía.
Amor, odio, venganza y perdones; de todas clases de sentimientos ellos tendrán que pasar para comprenderse a cada uno...