Nerea y Rocio hacen realidad su sueño, el cual era ir a vivir a Londres.
Todos creen que París es la ciudad del amor, pero para ellas es Londres. Enamorarse de sus ojos, de sus labios y de su cuerpo, era inevitable, los dos eran perfectos.
Las noches tiernas, las noches de lujuria nunca acababan, pero la persona tampoco acababa, los dos un imán para las mujeres, pero solo querían estar con una, solo que olvidaron que al amar a una persona se debe de atravesar laberintos, obstáculos algunos dolorosos, otros felices y otros traicioneros.
Haberse enterado luego de cuatro años que era padre. Harry decide recuperar ese tiempo perdido. Pero, ¿Como hacerlo cuando se ve en la propiedad de otra mujer quien no sabe la existencia de ese niño?.
Estando casado, amando a otra mujer quien es madre de su hijo. Harry había cometido los peores errores en su vida, y lo único que quería hacer es arreglarlos. Arreglar una nueva vida.
Algunos creen que van a morir solos, otros son egoístas, otros no quieren mostrarse como son realmente para no lastimar a las personas.
Henry era ese hijo de perra dañado por dentro.
Era como la caja de pandora, con miedos, lágrimas y secretos en su interior, pero que nadie se animaba de abrir por su misterios y consecuencias.
Si pudiera hacerlo todo de nuevo, te prometería que todo lo haría diferente.
Solo no hay vida sin ti. — Henry Tremblay.