La noche pasada había sido la más feliz para Gina de los últimos seis años, parecía que había vuelto a los viejos tiempos. Ese sentimiento se había ido hace mucho, y ella tenía que admitir que el pecho del hombre le resultaba tan adictivo, que no podía resistirse a él. Al sentir la cálida temperatura de su cuerpo y su conocido abrazo, Gina no se dio cuenta en qué momento se quedó dormida. Sin embargo, la chica no durmió muy profundamente, ya que tuvo una pesadilla bastante aterradora. En el sueño, Eason cayó en un charco de sangre, y poco a poco fue perdiendo su fuerza. Luego ella le gritó con locura, e intentó correr para salvarlo, pero sus pies estaban atados por algo desconocido, por lo que no podía avanzar. Y así, el hombre la miró desde lejos. Luego, la chica vio como él