Al principio, todos simpatizaban con Gina Hsiao por este tipo de cosas. Pensaban que la Dra. Zhou había engañado a Gina Hsiao. Sin embargo, después del incidente médico, todas las médicas y enfermeras la envidiaron. Cuando volvió a la oficina, lo que pensaban esas personas era muy extraño. —Vaya, doctora Hsiao, tiene mucha suerte de tener un héroe que la salvara cuando estaba en apuros. —Sí, doctora Hsiao, le tengo mucha envidia. A Gina Hsiao le pareció absurdo. ¿Eran este tipo de cosas dignas de envidiar? —Hoy en día es muy importante tener una cara bonita. La doctora Hsiao es hermosa, por eso el presidente Lu la salvó. Si fuera yo y ese hombre me protegiera del ácido, me casaría con él. —No te preocupes. Mejor que no esperes que llegue ese día porque nadie te ayudará.