Seis años después…
Un apartamento en Ciudad S.
Después de que Gina Hsiao terminara de desayunar, se maquilló un poco y le pidió un beso de la suerte a su pequeñina antes de salir.
—Mami, tienes que trabajar duro para la entrevista de hoy.
—No te preocupes. Mami dará lo mejor de sí. Hoy tu madrina te acompañará a clase. Te recogeré después de la entrevista. Pórtate bien.
—Estoy esperando buenas noticias sobre mi mamá. Por favor, no me decepciones — le recordó la pequeña Rainy en un tono serio, como si fuera una pequeña adulta.
Después de que se llevaran a Rainy, Gina Hsiao cogió un taxi hasta el Hospital Everbright, uno de los mejores del país. El sueño de Gina Hsiao siempre había sido trabajar allí.
Había superado todas las pruebas y pasó a la entrevista final con un primer puesto en la prueba escrita. Gina Hsiao se había preparado mucho para la entrevista de hoy, por lo que confiaba en que saliera bien.
A diferencia de los otros candidatos que estaban sentados fuera de la sala de entrevistas, que estaban nerviosos, Gina Hsiao estaba mucho más tranquila. Sin embargo, la atmósfera de tensión era contagiosa. Antes de que le tocara su turno fue al baño.
—Estoy en Ciudad S ahora. De acuerdo, nos vemos mañana.
La profunda y fascinante voz de un hombre fuera del baño le sonaba muy familiar. Cuando Gina Hsiao escuchó esa voz, se quedó atónita, como si un rayo la alcanzara, e inconscientemente, sus movimientos se detuvieron durante un segundo. Salió corriendo rápidamente, y solo pudo ver una figura alta que desaparecía apresuradamente al final del pasillo.
Corrió un poco e intentó alcanzarlo, pero no pudo evitar reírse de sí misma.
¿Como podía ser posible?
¿Cómo es posible que estuviera aquí?
Gina Hsiao se calmó y regresó al exterior de la sala de entrevistas. Cuando volvió, las chicas que también esperaban estaban discutiendo con entusiasmo.
—¿Has visto al entrevistador que acaba de entrar? ¡Es tan guapo…!
—Sí, pero no parece médico. ¿De verdad era el entrevistador?
—¡Qué más da! Mientras sea agradable a la vista… Recuerda mirar más de cerca cuando entres.
…
Estaban tan emocionadas que siguieron hablando entre ellas. Gina Hsiao no quería escuchar nada. Finalmente, llamaron al número que tenía. Respiró hondo, abrió la puerta y entró.
Tan pronto como entró, la sonrisa en su rostro se congeló. Era diferente a los otros entrevistadores que vestían bata blanca; llevaba un traje de tinta que llamaba especialmente la atención.
Ella lo miró a la cara y parecía que nada había cambiado. Tenía un perfil precioso, ojos negros y labios finos, pero también parecía que todo había cambiado.
El nombre, con el que ya estaba familiarizada, permaneció en su mente durante varios segundos antes de que se le aclarara.
Eason Lu…
En realidad era él, pero ¿no era el director ejecutivo de Lu's International Company? ¿Por qué estaba aquí?
Gina Hsiao se quedó allí como una tonta, y los ojos de él pasaron por su rostro con indiferencia. No quería encontrarse con ese par de ojos negros fríos y afilados como los de un águila, pero parecía que le habían dañado el corazón.
Sin embargo, y para su sorpresa, él no pareció sorprenderse para nada. Después, sus ojos estaban tan fríos como un charco de agua helada. Parecía que a él no le importaba que ella estuviera muriéndose de vergüenza. O tal vez también se podría decir de esta manera: Gina Hsiao, seis años después, era solo una extraña para él.
Gina Hsiao caminaba con una lenta respuesta al centro. Les hizo una reverencia y dijo:
—Hola, entrevistadores. Mi nombre es Gina Hsiao.
La entrevista había comenzado oficialmente. Durante la entrevista, las preguntas no fueron más que cómo lidiar con un accidente en una operación, cómo pensar en la relación con el paciente y cómo abordar el plan de tratamiento de un caso.
El conocimiento profesional de Gina Hsiao fue más que suficiente para resolverlos fácilmente. Debería haber respondido con fluidez y confianza, pero se puso un poco nerviosa debido al hombre.
Después de escuchar sus respuestas, los entrevistadores asintieron y susurraron entre ellos como si les hubiera gustado. En secreto, Gina Hsiao suspiró aliviada. Cuando pensó que la entrevista estaba a punto de terminar, Eason Lu dijo de forma inesperada:
—¿Por qué eligió ser médica en aquel momento?
Gina Hsiao lo miró directamente a los ojos, y el corazón le latía tan rápido como si estuviera a punto de salírsele del cuerpo.
¿Por qué se convirtió en médica al principio?
¿Y si le decía que era por él?
Gina Hsiao apretó con fuerza la mano que le temblaba. Tenía miedo de echarse a llorar en el momento en que se soltara. Fingió estar tranquila, pero fue contraproducente.
Ella tenía una respuesta perfecta a esta pregunta, pero en este momento su mente estaba completamente en blanco. No podía controlar su corazón caótico.
—Porque… porque… ser médica puede salvar vidas y curar heridas.
Tan pronto como pronunció esas palabras, varios entrevistadores se rieron al momento, pero él no. Sus ojos fríos recorrieron el rostro pálido de ella, haciendo que el corazón de Gina Hsiao se encogiera. Inmediatamente preguntó:
—¿Qué crees que es lo más importante para ser médica?
Gina Hsiao se mordió los labios con fuerza, como si estuvieran a punto de sangrar. Pronunció dos palabras con voz temblorosa:
—Ética médica.
—¿Y tienes eso?
Fue muy agresivo. A medida que caían sus palabras, la atmósfera se condensó. Los entrevistadores que antes se reían también se pusieron serios y se quedaron a un lado con cautela.
Gina Hsiao bajó la cabeza. Ya había doblado la manga de su camisa. Nunca respondió a aquella pregunta.
Eason Lu sonrió con frialdad y tiró su currículum a la basura.
—¿Cómo puede una persona que ni siquiera sabe si tiene ética médica atreverse a trabajar como médica? ¡Es ridículo!
—¡La tengo! —soltó Gina Hsiao —. ¡Puedo ser una buena médica!
—¿De verdad? —dijo Eason Lu con desprecio—. Señorita Hsiao, ¿cree que una persona que abandona a la persona que le salvó la vida es digna de ser médica?
Esta frase fue como si una mano le arrancara el corazón. Fue doloroso, muy doloroso. En los últimos seis años, la imagen de él acostado en la cama gravemente herido era lo último que se atrevía a recordar.
Aún apretaba las manos con fuerza, pero no podía evitar llorar. En este momento, lo único que quería era desaparecer.
En la atmósfera se respiraba un silencio total. El resto de gente no se atrevió a emitir ningún sonido. Estaba todo tan silencioso que solo se podían escuchar los sollozos de Gina Hsiao.
Eason Lu frunció el ceño. ¿Cómo podía llorar? ¿Había llorado cuando lo dejó? Él, tan decidido, casi muere por salvarle la vida a Gina.
—Creo que la señorita Hsiao vale para ser actriz — dijo Eason Lu sin piedad—. ¡Siguiente!
Gina Hsiao salió corriendo hecha un lío. Antes de venir, estaba muy segura de poder lidiar con cualquier accidente en la entrevista. Parece que todos los accidentes que había pensado no lo incluían a él. Siempre fue un comodín al que nunca podría tratar racionalmente.
Gina Hsiao fue tambaleándose hacia el baño, abrió el grifo y se echó agua en la cara una y otra vez. Se sintió completamente débil y se sentó contra la pared. Las gotas de agua de su rostro caían gota a gota. No sabía si era agua o lágrimas.
Gina Hsiao se quedó en el baño durante bastante tiempo antes de volver en sí. Luego aceleró el paso e intentó escapar de aquel lugar, pero un joven la detuvo cuando se acercaba a la puerta del hospital.
—Hola, señorita Hsiao, mi nombre es Wei Lin y soy el asistente del presidente Lu. Quiere hablar con usted a solas.
¿Eason Lu la estaba buscando?
—Ya estoy fuera de juego. No hay ninguna necesidad de que vaya.
Parecía haber soltado eso de forma instintiva y sin pensarlo bien, y pasó junto a Wei Lin rápidamente.
—Señorita Hsiao — la llamó de nuevo Wei Lin—. Depende completamente del presidente Lu si mantenerla en juego o no. Si yo fuera usted, no lo rechazaría.
Significaba que esta era su última oportunidad.