Ella reconoció que se había esperanzado demasiado en alguien a quien había conocido hace apenas dos días.
¿Por qué vendría a salvarla? ¡No tendría sentido!
Tan pronto como el grupo de personas llegó a la planta baja, algunos autos Mercedes-Benz y un Aston Martin aparecieron de la nada con la luz de sus faros destellando frente a ellos.
Una fila de guardaespaldas con trajes negros y gafas de sol salió de los coches de delante; y cada uno de ellos se mantuvo erguido esperando órdenes.
Mientras que del Aston Martin se bajó un hombre realmente imponente, no había duda de que era Tobias.
Llevaba un traje oscuro en tono platinado y, de todo su cuerpo, se desprendía un aire de majestuosidad imperial. Además, sus apuestos rasgos estaban cargados con una natural indiferencia y acti
