Sebastian Blackwell
Me quedo clavado en sus ojos miel mientras que su cuerpo se posa sobre mí, y podría durar toda la vida así, con ella encima de mí. Dejo salir un suspiro pesado, porque mis latidos golpean con fuerza contra mi esternón.
Ella entre abre sus labios que se denotan apetitosos para mí.
─Maldición ─gruñe de repente e intenta levantarse de encima de mí, pero, estamos en un espacio un poco cerrado porque lo que, el movernos es limitado y entre más lo intentemos más incómodo será.
─Espera, detente ─espeto y ella no me escucha.
─Esto es ridículo ─murmura frustrada, empujando sus palmas contra mis pectorales.
─Creo que todo esto lo estás provocando ─suelto llamando su atención.
─¿Por qué? Como si quisiera estar pegada a ti ─dice ofendida apretando su cejo.
─Porque de
