Capítulo 6

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Collin, se mantuvo pendiente de la dirección en la que se había alejado Caroline y al transcurrir el tiempo y n ver señales de ella comenzó a prestar menos atención a la conversación y en pocos minutos perdió la paciencia, se disculpó y comenzó a recorrer el salón buscándola hasta que una mujer se puso en su camino — Collin — Buenas noches ¿nos conocemos? —preguntó confundido — Soy Allison McDaniel — La hija de Carson, buenas noches Allison —reconoció el apellido — Esperaba compartir un baile y una copa tal vez —sugiere agitando sus pestañas — Me encantaría pero he perdido a mi cita y quiero encontrarla Ignoró su azulada mirada insinuándose y continuó analizando el salón buscando a Caroline. — Está todo bien, me encontré con tu acompañante en el tocador y no tiene problemas en que tú y yo tengamos un momento a solas — Pero yo sí, lo lamento —dejó de buscar y la miró a los ojos—. Caroline, es mi cita y no la voy a dejar sola — Pero ella dijo…- — Fue por educación ¿entiendes lo que quiero decir? —explicó con seriedad no iba a dejarla — Oh…, estás muy interesado en ella, entiendo —suspira desilusionada — Así es Allison, ahora sí me disculpas tengo que encontrar a mi chica — Es una mujer con suerte — Yo soy el con suerte La encontró, en la barra hablando con un hombre y le sonreía lo que provocó un instantáneo enojo, su respiración se agitó, listo para intervenir tomó una larga respiración cuando la inconfundible voz de uno de sus amigos lo detuvo. — Hey pendejo ¿a dónde vas con esa cara de psicópata? —pregunto Deker, cortándole el paso junto a Harry. — ¿Qué hacen aquí? —ladra impaciente por continuar con su camino al bar. — Wow, vaya saludo tarado —lanza Harry, sin pelos en la lengua. — Lo siento, pero no me dijeron nada cuando nos reunimos hace unas horas —soltó el aire que inconscientemente contenía — ¿A quién asechas? —preguntó Deker, lo conocía muy bien — Estoy buscando a Caroline — ¿Viniste con el bombón? ¿Cómo va vestida? —disparó Harry, emocionado, mientras echaba un vistazo a su alrededor. — ¿Por qué quieres saberlo? —inquirió a la defensiva — Para encontrarla, retrasado —ignoró su disgusto dándole un leve empujón en el hombro. — ¿Collin, Por qué estás tan molesto? —Deker, estaba sorprendido, no era normal en él, enfadarse tanto Conociéndolos muy bien Collin, se negó a contarles sobre su interés por Caroline, no los quería mirándola. — Deker, no imagines cosas. Hemos venido en busca de inversores, clientes y la necesito, me dijo que iría al baño y ahora no sé dónde se metió, lo siento chicos pero tengo que trabajar. Harto de tanta pregunta justo en ese momento cuando solo desea ir e interceder entre ese extraño y Caroline. — Tranquilo pitufo gruñón, vamos a buscarla todos. — No es necesario, Deker Intentó hacerlos desistir, parecían demasiado emocionados por encontrarla y no quería desperdiciar tiempo a solas y compartirlo con sus amigos. Los conocía demasiado bien se pasaban de conquista a conquista y por ningún motivo iba a permitir que se acercaran a ella. — Bueno ¡nos vemos luego! Rieron del malhumor de su amigo y lo desesperado que estaba por encontrar a la chica, tanto que ni buscar bien sabía, la vieron desde la entrada en el momento en que llegaron y ahora Collin, estaba intentando no mandar a volar a un par de personas que nuevamente lo retenían de llegar a Caroline. — Creo que nuestro idiota amigo está a punto de estallar — No sabe nada de mujeres ¿cómo no busca primero en la barra? —rió Deker — Es un ñoño, no me extraña que no tenga novia, es tan sentimental y señorito — Vamos a fastidiarlo un rato Dek —propuso Harry — Saludemos a su chica ¿crees que ya se haya enamorado de ella? ¿O solo quiere estar de pie junto a ella para sentir su perfume? Mofándose de su amigo fueron directo al bar donde Caroline, continuaba su conversación con Dorian, lo cual no fue impedimento para acercarse a ella. — ¡Señorita Makis! —soltó Deker, fingiendo no notar que estaba acompañada — Buenas noches señor Hall —saludó Caroline, observando extrañada a los recién llegados — ¿Interrumpo? —preguntó Deker, fingiendo no ver al hombre junto a ella — Claro que no —intervino Dorian—. Caroline, ya tienes mi correo espero que nos pongamos en contacto pronto — Por supuesto, disfrute su noche señor West — Igualmente Caroline — Dorian se despidió de los desconocidos y se marchó. — Vaya, estás preciosa — Muchas gracias señor Hall —asintió ignorando su sonrisa girándose a la barra para tomar su copa — Puedes llamarme Deker, no trabajo contigo — Yo soy Harry, no lo olvides muñeca —le guiña — Tengo buena memoria Sonríe con educación al par de atractivos hombres altos que intentan llamar su atención como un par de adolescentes poniendo a prueba sus habilidades. — ¿Qué haces sin el gruñón de Collin? Es peligroso que una chica tan linda como tú esté sola en el bar —dijo Harry—. Mira a tu alrededor, nadie te pierde de vista Confundida con esa intensa mirada verde analizando su reacción observó a su alrededor y sí captó un par de miradas en ella y otras en el par de hombres con ese acento Irlandés tan marcado y con tanta confianza al hablar. — Trabajo. He visto aquí por trabajo, no a hacer vida social — Collin, te explota dulzura — Estoy conforme con mi trabajo Harry —afirma con rotundidad — Seguro que sí, pero vamos a relajarnos ¿quieres bailar? — No, ella no quiere Harry — Collin Ambos se voltean hacia Collin, quien traía su rostro de pocos amigos dirigido hacia ellos precisamente, sus amigos. — Caroline, te necesito un momento — Sí claro, señor Dermoth Dejando la copa en la barra para acercarse a Collin, quien la guio lejos de las curiosas miradas de Deker y Harry. — ¿Qué hacías con ellos? —soltó molesto — Nada productivo, solo se acercaron a saludar — No es bueno que estés sola con ellos —insiste malhumorado — Se cuidarme ¿La creía tan tonta como para caer en las palabras bonitas de sus amigos? Eso sin duda no le gustó para nada. — No lo pongo en duda —suspiró controlando su enfado, comenzaba a sonar como un idiota — Bueno ¿para qué me necesita? — Vamos a la terraza, aquí hay mucho ruido Caminaron por el salón hasta la terraza en donde Collin, les consiguió un par de nuevas copas y sin tiempo que perder decidió ir directo al grano, estaba decidido a avanzar con ella así que sosteniendo su mirada soltó lo que pensaba o en lo que no dejaba de pensar. — Dame una buena razón para no besarte en este preciso momento Hipnotizado por esos labios…, tan rojos y perfecto que no conseguía perder de vista se quedó muy quieto justo delante de ella. — No tienes derecho alguno a hacer algo como eso, nuestra relación es netamente de trabajo. Nada más ¿Cuántas veces voy a tener que repetirlo? Intentó mantener la calma ¿cómo podía soltar cosas así con tanta facilidad? Odiaba que la pusiera nerviosa tan fácilmente. — Estás hermosa, me vuelvo loco sin poder tocarte —suspira agobiado, metiendo su mano libre en el bolsillo del pantalón, conteniendo el cosquilleo y el impulso de tomar su mano — Eso no es correcto, menos viniendo de mi jefe —advierte lista para alejarse. — ¿Cuándo vas a entender que lo que me pasa contigo no se me olvidará de la noche a la mañana? Te deseo, te sigo deseando, y así de linda solo me complicas las cosas. Me siento constantemente atraído por ti. Quiero pasar todo el día mirándote Frustrado vació el contenido de su copa dejándola en una mesa cercana sin perderla de vista, consiguió otra copa, la bebió en silencio y ella ni pestañeó, mantuvo la calma por ambos y esperó a que dijera algo, claro que nunca se le cruzó por la mente lo que escuchó — ¿Cuánto? —regresó a su lugar frente a ella—. ¿Cuánto por una noche contigo? Porque si no me tomas en cuenta así entonces no sé qué más hacer para que me des una oportunidad —soltó antes de darse cuenta de lo que decía. — ¡¿Cómo?! —chilló furiosa por lo que acababa de escuchar. — ¿Cuánto por una noche contigo? Estoy desesperado —intentó tocar sus brazos, pero ella no se lo permitió, dio un par de pasos atrás alejándose indignada. — ¿Eso quiere decir qué, exactamente? —ladró furiosa, quería comprarla como a una cualquiera — Que yo est... Intentó tocarla nuevamente, pero ella instintivamente al ver que levantaba su mano, retrocedió hasta poner la suficiente distancia entre ambos. — Dime ¿Has estado leyendo mi currículum, mi hoja de vida tal vez? —espetó en tono frío y cortante. — Sí, pero... ¿Qué? —confundido, no entendía de qué hablaba. — Debe haber leído mal, tal vez no esté actualizado estoy segura que en ninguna parte aparece la palabra prostituta —pronunció apretando los dientes, ofendida—. NO ME OFENDA, "SEÑOR". — Te deseo, ya no puedo más con la tensión, no hay ningún novio, ya lo sé ¿Qué puedes perder? Es solo una noche... —volvió a intentarlo desesperado. Volvió a acercarse esta vez sin tratar de tocarla — Solo…, una…, noche… —repitió Caroline, para sí misma intentado asimilar lo que eso significaba para su moral — Sí, piénsalo, por favor Caroline… —suplica con una mirada desesperada—. Esto está convirtiéndose en una situación sumamente…, dolorosa Afligida y con esta sensación, el insulto grabado en su rostro sintió que ya no podía mirarlo a los ojos. No podía creer que estuviera ofreciéndole dinero a cambio de sexo ¿Qué clase de mujer creía que era? ¿Tan poca cosa como para caer con eso? Sin duda no tenía la mejor impresión con respecto a ella y eso dolía ¿Qué había hecho mal? Solo ha sido respetuosa y dedicado a su trabajo haciéndolo lo mejor posible. — ¿Caroline? Intentó captar su mirada al verla tan pálida mirando al vacío. — Caroline —insistió—. Di algo, no te quedes callada…, por favor — Me quiero ir —pidió dolida. — No pienses en nada, eres una mujer intachable, yo… — Basta, solo lléveme a su apartamento, necesito mi auto —lo cortó apagada — Es que quiero explicarme — No quiero volver a tocar el tema ¿me lleva o no? —lo cortó volviendo en sí — Por supuesto Con la culpa reflejada en el rostro Collin, se apresuró a sacar su celular y avisó a su chofer que los recogiera en la entrada. El camino de regreso fue en un silencio sepulcral, en medio de su desesperación había ofrecido dinero ¿en qué pensaba? No conseguía explicárselo y solo le quedó morderse la lengua para no seguir intentando disculparse, se limitó a observarla. Ese rostro tan serio hermoso y adorable estaba ofendido y no podía hacer nada para remediarlo. Cuando el auto se detuvo frente al edificio de apartamentos Caroline, bajó inmediatamente no tenía cabeza para pensar en esperar a que el chofer le abriera la puerta, solo deseaba estar sola y lejos de Collin, lejos de esa maldita propuesta. — ¡Caroline, espera! Corrió tras ella, hasta alcanzarla justo cuando abría la puerta de su auto, la que cerró con cautela aguardando a que ella se girara a mirarlo. Sabía que lo haría, era uno de sus cualidades, siempre mirar a los ojos cuando hablaba con alguien. — Realmente no quiero hablar contigo Collin —siseó apretando los dientes volteando lenta y amenazadoramente — No lo tomes como algo malo, por favor, no quise ofenderte — ¿¡Que no lo tome como algo malo!? ¡Me ofreciste dinero a cambio de sexo! ¿¡Quién mierda te crees que eres!? Explotó amenazadoramente cerca del rostro pálido de Collin. Asustado de lo que acababa de hacer. — Sé que estuvo mal, lo siento, Caroline, de verdad…, lo siento. — ¿Te vas a retractar? — No. Te deseo, ahora mismo te deseo y no lo puedo evitar ¿es un pecado sentirse atraído por ti? ¿Tan terrible es tener que acostarte conmigo? ¿Por qué? Es solo una noche…, no soy un desconocido — Me quiero ir ¿te puedes apartar del maldito auto, ahora? — Sólo piénsalo. — Buenas noches
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