Megan Miller
Saludo al guardia de seguridad de mi edificio, el señor Romelio, militar retirado. Pero que en su rostro lleno de canas, se puede ver la experiencia y temor que les daba a sus enemigos. Él me da una sonrisa, saludándome de manera efusiva. Sus ojos oscuros, me observan con cierto desconcierto.
─Me alegra verla, ¿pero ocurre algo, señorita Miller? Puedo notar en sus ojos un poco de…
─Solo estoy cansada, Romelio, puedes estar tranquilo. Gracias por preocuparte ¿Cómo han estado las cosas en mi ausencia? ─Inquiero, cambiando rápidamente de tema. Esperando que no note la crisis que acabo de sufrir en mi auto, al recibir esa amenaza del mafioso más buscado. Él asiente, no muy convencido, es un hombre, que podría oler una bomba sin explotar a kilómetros. Así que puede ver con deta
