CAPÍTULO NUEVE Kevin estaba sentado en el despacho del Profesor Brewster, con la sensación de que al científico le encantaría gritarle, si tuviera el tiempo suficiente. Desde luego, parecía lo suficientemente enfadado para hacerlo. Honestamente, ahora mismo, parecía lo suficientemente enojado para explotar. Sin embargo, no tenía suficiente tiempo, pues estaba demasiado ocupado respondiendo llamadas e intentando hablar con Kevin y la Dra. Levin entremedio. —Sí, señor. Estoy seguro de que sí. Sí, es verdad que el chico parece… sí, sí, por supuesto. Pero señor, este es nuestro proyecto y… sí, señor, por supuesto que soy consciente de las consecuencias. —Colgó el teléfono—. Era el director de la NASA. ¿Puedes entender lo difícil que es, Kevin? Lo complicado que esto está a punto de… Volvió