En la oficina
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- veras, el piso de arriba es el que yo escogí cuando llegue aquí hace un tiempo, pero si quieres dame un tiempo para mudar mis cosas al piso de abajo- Mark me explicaba mientras me servía una taza de té – espero que esto te ayude a bajar un poco los nervios- siguió
- muchas gracias, y de nuevo me disculpo por entrar sin avisar-
No podía levantar la mirada, me daba mucha vergüenza el verlo a los ojos, esa fue la peor primera impresión de todas.
- de verdad lo siento, llamé varias veces a la puerta y como nadie respondía decidí entrar sin más, además, pensé que no había nadie en casa, no sabia cual era mi cuarto y empujé sin pensar si podías estar ocupado o que tal vez estarías ahí dentro-
- no tienes que disculparte, si yo hubiera sabido que venias hoy habría limpiado el departamento y te habría organizado una fiesta de bienvenida o algo parecido-. Al parecer Mark se sentía tan avergonzado como yo, continuó – es mi culpa, he sido la única persona aquí durante algunos años, no estoy acostumbrado a poner seguro a la puerta-
No podía levantar la cabeza de la vergüenza lo único que podía pensar en ese momento era ¨Dios, por favor ayúdame¨
No podía culparlo además estoy segura de que por su cabeza pasaban pensamientos similares a los míos
- ¿quieres que te ayude con tus maletas? - la voz de Mark interrumpió mis pensamientos
- no te preocupes- le respondí con una media sonrisa por causa de los nervios
Puedo asegurar que al decirle eso me pareció ver como agachaba la cabeza, bueno, después de todo no se puede hacer nada, creo que voy a dejar pasar esto y le daré vuelta a la pagina para no volver esto más incómodo para ambos…
- Mark… espero poder aprender mucho de ti-
Mark puso una cara muy graciosa cuando le dije eso.
A la mañana siguiente me di cuenta de que estaba sola en casa, al parecer Mark se había ido temprano a la oficina, así que me tomé mi tiempo para prepararme y salir. Al llegar al edificio el jefe de seguridad de la compañía me llevo en un elevador durante varios pisos hasta llegar al departamento en el que comenzaría a trabajar
- mucho gusto en conocerlos a todos me llamo Rachel Miller y tengo 26 años, espero que todos podamos llevarnos bien-
Era una sensación extraña, todos se levantaron de sus lugares para saludarme, me hizo sentir mucha vergüenza recibir tanta atención. De pronto un estruendo como si alguien hubiera dejado caer algo muy pesado sobre algo hueco y todos volvieron a sus lugares como si el mismo diablo hubiera salido del infierno para llevarse a la primera pobre y desdichada alma que se cruzara frente a el
- ¡vuelvan al trabajo! – gritó Alice desde su oficina
Y como si se tratara de monos amaestrados todos se sentaron al mismo tiempo, debo admitir que, aunque Alice me da miedo reconozco que sabe como manejar a una manada de simios sedientos de sexo…
- ¡Tu! ¡Nueva! ¡Ven de inmediato a mi oficina! – La voz de Alice resonó en todo el lugar
Al entrar en la oficina de Alice vi que justo frente a su escritorio estaba el escritorio de Mark, por lo que al verlo lo saludé
- vas a estar en capacitación un tiempo antes de que te demos tu propia estación para trabajar, Mark se encargara de vigilar tu progreso detalladamente usaras la computadora que está a un lado de la estación de Mark, si tienes alguna duda el te ayudara a resolverla, ¿quedo claro? –
Y fue todo lo que Alice me dijo durante todo el día, al menos estaría cerca de Mark, aunque no lo conocía muy bien al menos me inspiraba un poco más de confianza.
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