– Estamos muy felices por tu visita, mi nuera tiene suerte de tenerte, puedes venir cuando quieras. – Lo tendré en cuenta – Elizabeth sonríe y se marcha. En cuanto ella se va, la señora Sigfred se deja caer y su asistente Darlian le coloca una silla para atraparla, ella se toca el pecho escuchando los latidos de su corazón – ¿qué pecado cometió mi familia para recibir este castigo? – me mira al momento de decir ¡castigo! – Señora – una mujer alta se acerca – por favor vea a la señorita Kayla. – ¿Qué le sucede a ella? – Destrozó todos sus vestidos, dijo que antes de que la zorra los use, ella los destruirá. Ir tan lejos como para romper sus vestidos solo porque use uno suyo. – Esa niña, hablaré con ella y tú, quítate ese vestido, Darlian, quémalo antes de que Kayla lo vea y ve que se