Gregoriano sonreía en medio de aquel silencio incómodo, ¿cómo había sido capaz de preguntarme eso?, no podía parar de sonrojarme ante tal pregunta. —¿Que dice Anastasia? Sería un buen negocio, tendría dinero, además un hijo con un hombre que jamás la dejara sola— Nuevamente habló Gregoriano del tema. —Señor creo que se está equivocando de persona, yo no creo ser la indicada para casarme con mi jefe— Respondí con la voz temblorosa. —Pero podría aceptar casarse conmigo, al final solo es un contrato de dos años, usted se casa conmigo, me da un hijo en ese lazo de tiempo, ademas como dijo Gregoriano, tendría una buena cantidad de dinero, dinero que me imagino que necesita— Respondió sorprendentemente Camilo sin levantar su mirada del computador. —Discúlpenme pero jamás en mi vida he pensan