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ALEJANDRO Manejo hacia la casa de Luis, va atrás haciéndole platica a Sofía, debo decir que cuando vi que le agarró la mano en el taller, sentí unas inmensas ganas de agarrarlo a golpes, me detuve porque es casi como mi hermano, además, yo no debería sentirme así, conocí a Sofía hace unos cuantos días y ya me tiene vuelto loco, no puedo continuar así. Aparco mi coche afuera de la casa de Luis, el sigue sonriéndole como idiota a Sofía, ella trata de poner distancia entre sus acercamientos, pero Luis está desatado, y le coquetea sin pudor. – Bueno chicos, nos vemos mañana – dice Luis y asiento, mira a Sofía y le toma la mano, le da un beso en ella y le sonríe ampliamente, Sofía baja la mirada un poco avergonzada – Sofí, ¿mañana te puedo buscar en la facultad y vamos a desayunar? – pregun