DAMÍAN ALEJANDRO FABRE MOLINA
Al salir de la facultad manejo hacia la empresa, llego y me voy directo al taller donde fabricamos los mejores automóviles de la ciudad.
Me cambio y me pongo el overol azul de trabajo, camino por el pasillo y llego a donde tenemos los pedazos de coches, comienzo a armar uno, reviso el motor y lo limpio.
Siempre me han gustado los autos, desde pequeño veía a mi padre trabajar y crear autos de gran calidad, el me enseñó todo lo que se, por eso quise estudiar lo mismo que el, espero llegar a ser uno de los mejores mecánicos como lo es mi padre.
Ya solo me falta este año para terminar, tengo un buen promedio, todas las clases que se tratan de la carrera las apruebo con excelencia, la única clase que casi pierdo es la de literatura, debo ponerme a estudiar para no reprobar.
– Hey ¿cómo vas? – dicen tras de mí, me giro y miro a Luis, mi amigo, él es hijo de Medina, el jefe de seguridad de mi papá, su mamá también trabaja con la mía, es como de la familia.
– Hey – digo y ambos nos damos un abrazo, él trabaja conmigo en el taller, también le gustan los autos, desde niños jugábamos juntos, es como mi hermano.
–¿Ya supiste?, aprobaron el proyecto, se va directo a la asociación y si lo aceptan allá, podremos comenzar a fabricarlos – dice y mis ojos se agradan
–¿Como lo sabes? – pregunto entusiasmado
– Mi mamá me lo dijo, ella vio la lista de proyectos que mandaran a la asociación – dice y no puedo de la emoción, trabaje muy duro por ese proyecto, junto con Luis nos desvelamos noches enteras, debo decir que, aunque mi padre es dueño de la empresa y mi madre la presidenta, a mí no me dejan nada fácil, han rechazado 5 de mis proyectos, este es el primero que aprueban y estoy feliz por ello.
– No puedo creerlo, ¿cuándo nos lo van a decir oficialmente? – pregunto y el alza los hombros
– No lo sé hermano, pero pronto – dice el sonriendo
– Necesitamos celebrar – digo y me brillan los ojos, pero Luis niega
– Tu solo piensas enfiestas y alcohol, no Alejandro, mejor hay que ponernos a trabajar, no debemos bajar la guardia – dice mi amigo, él es un santo, es centrado, estudioso y muy disciplinado, va a la misma facultad que yo, es becado y su promedio es excelente, va en segundo año.
– Está bien – digo desilusionado, él se ríe y juntos nos ponemos a trabajar en el auto, la tarde pasa entre motores y bugías, miro el reloj de la pared, son las 7 de la noche, y le prometí a Carolina llevarla a cenar, me limpio las manos y me despido de Luis.
Subo a mi auto y manejo por la ciudad, llego al departamento que era de mi padre, me lo ha regalado, aquí vivimos de niños hasta que cumplí 5 años, después nos mudamos a la casa que mi padre compró para mi madre.
A mí siempre me gustó este departamento y cuando cumplí 18, mi padre me lo regaló, desde entonces vivo solo.
Salgo del elevador y entro al departamento, miro a Carolina a mitad de la sala desnuda, arrugo el ceño y ella sonríe
–¿Te gusta? – pregunta tocándose los pechos
– Si, pero, pensé que querías ir a cenar – digo y ella se acerca seductoramente, me toma del cuello y me besa
– Prefiero que me lo hagas toda la noche – dice aun en mi boca, no dudo ni un segundo y la tomo fuerte de la cintura, la guío a mi habitación, entramos y ella se separa de mí, se gira y con sus manos abre su trasero para mí, me desvisto con rapidez, tomo un condón y me lo pongo, entro en ella, se lo hago duro como me lo pide, Carolina siempre ha sido muy intensa, le gusta el sexo, si por ella fuera pasaríamos todo el día metidos en la cama, no voy a negar que me gusta que sea así, la mayoría de las mujeres son muy recatadas en la cama, pero ella es muy liberal, le gusta hacerlo donde sea, yo siempre le sigo el juego, no me quejo porque tengo sexo cuando quiero.
Cuando termine la facultad me voy a casar con ella, es una mujer guapa, sexy, ardiente, le gusta el sexo, es de buena familia y llevo varios años con ella.
Lo único que no me gusta es que es muy celosa, demasiado diría yo, pero todo lo demás está bien, mientras siga siendo ardiente en la cama.
Terminamos y nos acostamos, ella me sonríe provocativamente y se sube encima de mí, me acaricia el pecho mientras miro su cuerpo desnudo
–¿Quiero más? – dice y sonrío
– Carolina déjame descansar 5 minutos – dice y niega, sus manos bajan y toma mi m*****o, lo mete a su boca y chupa, lo hace bien, es una experta, lo mete todo a su boca mientras me mira con excitación, chupa la punta y me sonríe
– Cógeme la boca - dice mirando mi m*****o con fascinación, le obedezco y meto de nuevo mi virilidad en su boca, muevo las caderas dentro de ella, miro su excitación, esta mujer es adicta al sexo, creo que es bueno.
Sigo meciéndome dentro de su boca, siento que voy a terminar otra vez, me trato de salir, pero ella no me deja, y me vengo dentro de ella, salgo y la miro lamerse los labios.
– Sabes tan rico – dice y sube encima de mí, toma de la mesita el sobre plateado y con los dientes lo abre, saca el condón y lo pone ella misma, después coloca mi m*****o dentro de su v****a y se mueve de nuevo, diablos, esta mujer me va a dejar sin fuerzas, se lo hago otra vez mientras gime fuerte
Después de hacerlo por cuarta vez, miro a Carolina en la cama desnuda fumando, me siento a su lado y le doy un beso en su hombro
– Ya es tarde, mañana tengo clase de literatura y si no llegó reprobare – digo y ella me mira con enfado
– No sé para estudias, eres rico, deberíamos irnos a viajar por el mundo como te he dicho – dice con enfado mientras exhala el humo del cigarro
– Yo no soy rico, mis padres lo son y han trabajado mucho para serlo – digo y ella me mira con sarcasmo
– Bueno como sea, me aburre hablar de escuelas, vamos a coger de nuevo – dice y apaga el cigarro, toma mi virilidad y la detengo
– Lo hemos hecho 4 veces, y de verdad estoy cansado, debo levantarme temprano – digo y ella me suelta con enfado
–¿Estás diciendo que no quieres estar conmigo? – dice con altanería
– No es eso Carolina, entiéndeme amor – digo y la trato de besar, pero se quita
– Está bien, si no quieres – dice y se levanta, pero la tomo de la mano deteniéndola
– No te enojes, en serio tengo que ir mañana temprano a la facultad – digo, pero ella me sigue mirando con enfado, se pega de nuevo a mí y se baja lentamente, introduce de nuevo mi pene en su boca y chupa, no digo nada, supongo es bueno que sea así, es sexo y yo tengo que cumplir.
***
La mañana llega, miro a Carolina dormida, tuvimos sexo toda la noche, es insaciable, me meto al baño y dejo que el agua resbale por mi cuerpo, debo ir a la facultada, tengo clase de literatura y no soy bueno en ella, si falto, seguramente el profesor va a reprobarme.
Salgo vestido y la miro vestirse, me acerco y le doy un beso, pero se quita de mi
–¿Estás enojada? –pregunto, ella niega mientras se pone sus lentes oscuros
– No, solo quiero desayunar, ¿a dónde me vas a llevar? – pregunta y niego
– Te dije anoche que tengo clases – digo y ella me mira mal
– Sabes que, déjalo, me iré con mis amigas, nunca tienes tiempo -dice y sale azotando la puerta, espero que pronto se le pase el enfado.