SOFÍA
Bajo a la sala, miro la mesa muy bien adornada, mi mamá se lución con la decoración, sé que ella también extraña a mi hermano.
Miro a mi belito salir de su cuarto, también se ha arreglado, me acerco y le doy un beso
– Pero que guapo belito – digo y él se ríe, mi madre llega y nos mira
–¿Como me veo? – pregunta, se ha puesto un vestido floreado y su cabello castaño suelto
– Te ves muy bien hija – dice mi belo mirándola, de pronto el timbre suena, miro la emoción de mi madre, sonrío y me adelanto, abro la puerta de mi casa y miro esa sonrisa pintada en la boca de mi hermano mayor
–¡Chaparra! – dice con alegría y me abraza, me alza en el aire y yo sonrío, me baja y nos abrazamos de nuevo
– Adam – digo con cariño en sus brazos, mi hermano si es alto, cabello ondulado y castaño como el de mi madre, su piel es banca y su cuerpo es atlético, la verdad mi hermano es muy guapo
– Hola hijo – dice mi mamá y corre a abrazarlo, me separo y miro atrás de el a la pesada de Amalia
– Buenas noches – dice ella con altanería, no la soporto, se cree mejor que los demás, es altanera, pretenciosa y creída
– Hola – digo y ella me mira de arriba abajo, miro a mi hermano abrazado de mi belito, su novia mira la casa y voltea los ojos, la detesto
– Pasen, bienvenidos – dice mi madre, sé que a ella tampoco le cae bien, pero la soporta por mi hermano.
Estamos sentados en la mesa cenando, Adam nos platica de los viajes que ha hecho, como es piloto, se la pasa volando de un lugar a otro, ha visitado muchos países.
Su novia cena en silencio, pareciera que no quiere estar aquí, la verdad yo tampoco estoy contenta de verla
La cena termina, mi hermano y yo lavamos los platos, mi madre le hace platica a la pesada de Amalia, y mi belito mira la televisión.
–¿y cómo te ha ido en la escuela? – pregunta mi hermano mientras le paso un plato para que lo seque
– Bien, llevo las mejores calificaciones, si sigo así, saldré con honores – digo y mi hermano me mira con orgullo, es alto, y tiene el cabello ondulado como yo, por su trabajo siempre tiene corte corto y su cuerpo es musculoso.
–¿Y tú como vas con la señorita con cara de pedo? – digo refiriéndome a su novia y mi hermano se ríe
– Que mala eres – dice divertido
– Es la verdad, creo que no le caemos bien – digo y mi hermano me mira
– Así es ella, ignórala – dice mientras seguimos fregando los platos
– Te extraño y mamá también – digo con sinceridad, mi hermano deja de sonreír y me abraza
– Yo también las extraño chaparra, pero me está yendo bien y si hago todo lo que me piden en mi trabajo, me van a nombran capitán en jefe de vuelo, y eso es muy bueno para mi carrera – dice él y me da un beso en la frente
– Prometo venir más seguido en cuanto pueda – dice él y asiento, quiero mucho a mi hermano y de verdad lo extraño, le tengo mucha confianza, él siempre ha sido muy abierto en cualquier tema, el me compró mis primeras tollas femeninas, ya que mi madre se la pasa trabajando y nunca esta en casa.
Mi hermano es como mi super héroe, cuando se fue de la casa llore mucho, pero sé que él tiene que hacer su vida, solo espero que pronto deje a la pesada de su noviecita, Adam se merece una buena mujer que lo ame mucho, espero que algún día la encuentre.
Mi hermano y su novia se han ido, le doy un beso a mi madre, y después uno a mi belito, subo a mi cuarto y me acuesto a dormir.
Despierto temprano y me preparo para ir a la facultad, mi belito me ha lleva en su camioneta vieja, no me da pena, al verla recuerdo cuando mi belito y yo la armamos y la ruidosa carcajada que mi belito soltó cuando arrancó por primera vez el motor.
Llegamos a la facultad, me despido de mi belito, entro a la primera clase, faltan pocos meses para que termine el semestre, cuando pase a último año debo pensar donde hacer mis residencias profesionales, sé que todos va a meter solicitud a la empresa Fabre, la verdad es mi sueño trabajar ahí, sé que el rubio de Alejandro Fabre también trabaja ahí como mecánico, me gustaría trabajar a su lado, él es muy bueno, igual que su papá, pero yo también lo soy, porque aprendí de mi belito algunos trucos.
Aun no estoy segura si meter solicitud en empresas Fabre, sé que son muchos aspirantes, y es muy probable que no me acepten, aunque tenga las mejores calificaciones, lo bueno es que aún tengo tiempo para pensarlo
Salgo de clase con Lore a mi lado, dice que hoy si tengo que acompañarla a la plaza a comprar su vestido la para fiesta, sé que no me queda de otra y tendré que acompañarla.
– Está bien, iré contigo, pero ahora debo ir a la biblioteca, tenemos examen de mecánica de fluidos – digo y ella me mira con aburrimiento en sus ojos
– Ve tú, yo iré con Paco, me invito a desayunar – dice y asiento
– Está bien, te veo más tarde – digo y nos despedimos de beso, camino hacia la biblioteca de la facultad, es el edificio más grade, su frente es de un enorme vidrio, al entrar, hay dos pisos de estantes llenos de libros.
Camino hacia el pasillo donde están los libros de mecánica, hojeo algunos, necesito varios para hacer una síntesis y estudiar para mi examen.
Examino uno de los libros, pero mi mirada se desvía para encontrarme al rubio, está tres pasillos delante de mí, logro ver sus cabellos dorados, me da curiosidad saber qué hace aquí, es muy raro verlo en la biblioteca, normalmente está en la cafetería o en el taller de mecánica de la escuela.
Me acerco disimuladamente, al parecer está muy concentrado en el pasillo de literatura, me acerco hasta quedar un pasillo atrás de él, miro por el espacio de los libros en el estante, tiene varios libros en sus manos, tiene puesta una camisa azul de botones enfrente arremangada, sus manos están llenas de venas, y aunque tiene puesta la camisa, se notan sus hombros anchos y sus fuertes brazos.
En la boca tiene un lapicero, y sus ojos azules están centrados en el libro que tiene en las manos, me pierdo mirándolo, sé que es un cliché ya que todas en la escuela quieren con él, yo sé que fijarme en Alejandro Fabre es como firmar mi sentencia de muerte, el jamás en la vida me tomaría en serio, hay miles de chicas con mucho mejor cuerpo que el mío haciendo fila para estar con él, además de que está de por medio la loca de su novia.
Yo sé que nunca sería nada de él, ni siquiera sabe que existo, y así está bien, yo no nunca he sido de noviecitos, nunca he tenido uno, los chicos no entienden mi amor por los autos, todos piensan que soy una marimacha o algo así, y la verdad tampoco me ha importado demostrarles nada.
La mayoría si no es que todos los chicos quieren una cosa, sexo y más sexo, yo no nací para eso, no puedo ser como mi amiga Lorena, liberal y que le valga la escuela, soy un tipo nerd, en lugar de sexo, solo pienso en motores de automóviles, y en lugar de salir a emborracharme en fiestas, uso mi tiempo libre para armar autos con mi belito.
Volviendo al rubio que tengo en frente, es muy guapo, pero es imposible que él y yo estemos juntos, ni siquiera en otra línea de tiempo él y yo podrías estar, pero debo admitir que sí, que es guapísimo, sus manos son grandes y se nota que hace ejercicio, además la genética le ayuda mucho, sus ojos azules y sus labios gruesos y rosados son hipnotizantes, su nariz es afilada, su perfil es como la de un Dios, es perfecto de rostro y cuerpo
Camino sin pensar y se caen varios libros del estante haciendo que el rubio voltee a mirarme, mierda, soy una tonta, por estar saboreándolo se ha dado cuenta de mi presencia, me agacho a levantar los libros maldiciéndome por dentro, siento una sombra cerca, alzo mis ojos, y recorro su cuerpo, sus jeans son azules, subo a su camisa y me detengo al mirar su sonrisa
– Ahí dice silencio – dice casi como susurro señalándome un letrero que efectivamente dice “Mantenga Silencio”, no digo nada y sigo levantando los libros que tire, se inclina y me ayuda a levantarlos, tomo un libro y él también lo hace, nuestros dedos se rosan y siento un escalofrió recorrerme la espalda, lo miro, sus ojos azules están a la altura de los míos, tiene una sonrisa de medio lado en su rostro
– Gracias – digo y jalo el libro dejando de tocar sus manos, él se sigue riendo de mí y lo miro con enfado
– De nada, solo intenta no ser tan ruidosa – dice y se levanta, se da la vuelta y yo lo miro con enfado
– Y tú deja de ser un metiche – digo y se detiene, oh no, no pensé que me fuera a escuchar, se gira lentamente, en sus manos aun sostiene un libro de literatura
–¿Perdón? – dice y se acerca, mi corazón palpita fuerte, sus ojos azules son salvajes, tomo valor y le contesto
– Lo que oíste, deja de ser un metiche, y concéntrate en tus asuntos – digo y señalo el libro en sus manos
–Entonces tu deja de ser una torpe – dice y enfurezco
– ¿A si?, pues tu deja de ser un… un… – digo mirándolo buscando alguna imperfección, pero como el rubio es casi un Dios perfecto, no encuentro nada
–¿Un qué? – dice y se acerca, demasiado diría yo, tanto que puedo ver el iris verde en sus ojos azules
– Señorita Becker – dice de pronto un profesor, el rubio se separa de mí y trato de disimular lo nerviosa que me siento
– Si, dígame profesor – digo y quito mis ojos del rubio
– Quería felicitarla, leí su ensayo, es excepcional, tienes la mejor nota de la clase – dice el profesor de literatura y sonrío, el rubio lo mira y después me mira a mi
– Fabre usted debería aprender de la señorita Becker, usted no va nada bien en mi clase, espero me entregue un ensayo excepcional, de lo contrario, reprobara la materia – dice el profesor mirando al rubio, y después se va, y ahora entiendo porque por primera vez después de todos estos años no lo había visto pisar la biblioteca, va mal en la clase de literatura, por lo menos ahora sé que no es tan perfecto.