—En segundo lugar, me gustaría que nosotros, tú y yo, nos sentáramos y mediáramos el problema actual entre nosotros, por favor, ten en cuenta nuestra larga amistad Jay-la... Sabes muy bien que nunca te hice daño físicamente. Tu declaración, en registro, lo confirma. Tú reconociste plenamente que todo el daño que te hicieron, fue por los hombres que te llevaron contra tu voluntad. —En tercer lugar, me gustaría tener la oportunidad de disculparme personalmente con tus hijos por cualquier angustia o trauma mental que puedan haber sufrido debido a tu desaparición o tu estado herido al regresar a casa. Estoy seguro de que estaban muy angustiados y preocupados y quiero asegurarles personalmente que no represento ninguna amenaza para ti o para ellos, en absoluto. Jay-la notó que sus ojos nunca