Punto de vista de Nathan Su teléfono sonó. Era tarde, lo habían despertado y no había estado durmiendo bien estos días. Las pocas horas que lograba dormir eran desesperadamente necesarias cuando realmente conseguía conciliar el sueño. Miró fijamente a ese estúpido aparato y se preguntó quién demonios inventó algo tan molesto. La pantalla del teléfono le mostraba que eran casi la 1 de la mañana. El nombre de Stephen brillaba en la pantalla y él lo miraba con enojo, había dormido menos de 2 horas y sabía perfectamente que, cualquiera que fuera esa llamada, no podría volver a dormir después de ella. Presionó el botón de responder y luego el altavoz, enterró la cabeza en la almohada y gruñó: —¿Qué quieres? —Um, jefe, tenemos un pequeño problema, no es nada grave, es humano y todo eso... Su