Así que sí, había estado yendo a verla todas las noches a escondidas. Aún no había habido contacto físico. Stephen le dijo a Rafe que tendría que esperar. Jay-la, su luna, tenía que ser la prioridad. Rafe se molestó pero entendió, era su deber tanto como el de Stephen proteger a Jay-la. Así que cuando Jay-la estaba a salvo en su cama por la noche, ellos se escapaban para estar con su compañera durante unas pocas horas, satisfacía a ambos. Jackson fue el que más se rió y le dio un golpe. —No me extraña que insistieras tanto en que cuidáramos a la niñera cuando Jay-la salió a cenar. Me pareció extraño. Stephen solo sonrió de lado. —¿Qué puedo decir? —Nada—. Ethan lo empujó. —Afortunado bastardo, ¿cuándo vas a aparearte y marcarla? Apuesto a que estás deseando hacerlo. —Aún no lo sé—. Enc