—Aún así no me importa.— le gritó a él. Jayla todavía recordaba su último encuentro. Ni siquiera sabía acerca de sus bebés entonces y la ira y furia que emanaban de él dirigidas a ella estaban claras para ella, y ahora que lo sabía, más razón para que estuviera furioso con ella. —Kora—, le rogó a su loba que la ayudara, que las ayudara a escapar. Sintió que Kora se adelantaba con prisa, tan rápido como lo había hecho en ese fatídico día que condujo a este mismo momento, su desafío estaba destinado a meterlas en más problemas, pero ¿qué otro dolor podría sufrir además de ser separada de sus cachorros para siempre por él, por el hombre al que había amado con todo lo que tenía? El dolor tiraba de cada fibra de su ser, nunca permitiría que él se los llevara, aunque eso significara desafiar a