Capítulo diecisiete: Clarividente

2292 Words
Ónix — Me estás empezando a marear, ¿Puedes calmarte? — Alondra se levanta de la silla en la que se encuentra, mientras que yo no puedo dejar de moverme de un lado para el otro. — ¿Cuánto tiempo va a tardar Luciano? — Se supone que nos veríamos aquí y que él se encargaría de traer al anciano sabio y luego visitaríamos al joven con el que llegó Nala, pero llevamos casi quince minutos esperando. — Hola, perdona, pero el sabio anciano no encontraba sus medicinas — Dice Luciano entrando en la habitación. El sabio toma asiento y Alondra le prepara una tizana, le ofrece biscochos y le pregunta sobre su familia y sus nietos y bisnietos, mientras yo estoy a punto de explotar ¿Cuándo esto se convirtió en una visita social? — ¿Podemos hablar de nuestro asunto? Lo siento anciano sabio, su familia es muy importante para nosotros. Pero en este momento, necesito que me escuche — Me acerco y me siento frente a él y le informo sobre todo lo que soñó o podría decirse que Nala vivió, solo que es algo de lo que todavía no sé qué pensar. — ¿Y dices que se tocaba el vientre? — De toda la información que le acabo de dar, pareciese que solo eso es lo más importante para él, cuando yo quisiera saber por qué ella dijo que yo estaba ahí. — Sí, pero solo me dijo que Amara estaba embarazada y que los quemaron a los tres — Le repito. — ¿Crees que Nala haya estado embarazada? — Me pregunta Alondra. — Tiene diecinueve años — Le contesto sin comprender nada de nada, por supuesto que no ha tenido o perdido un hijo. — ¿Y? A su edad algunas mujeres ya han tenido hasta tres hijos — Suspiro y vuelvo a pensar en lo que me dijo. — Solo habló de Amara y que el hombre sin esencia y sin aura los había quemado, a ella y a Ónix, el hombre idéntico a mí y no fue el pueblo enfebrecido que lo hizo, fue un solo hombre — Les digo esperando que vuelvan a centrarse en mi supuesta presencia en ese lugar. — El hombre sin olor — Susurran los tres. — Los humanos se fijan en la esencia o el aura de las personas, nosotros sentimos su olor, pero al final podría tratarse del mismo hombre — Dice el anciano sabio. — El psicópata que está asesinando a las mujeres y niños — Completa Alondra. — El mismo que los asesinó tantos siglos atrás — Dice Luciano y luego silva, impresionado. — ¿Entonces es inmortal? — Pregunta. — Es un humano, de eso estoy seguro — Afirmo — Y Nala pudo haber visto algo sobre el futuro, o sobre el pasado — Agrego. — No estoy de acuerdo contigo, en esta época no queman a las personas en una hoguera o al menos no lo hacen de manera pública — Dice el anciano sabio — Luciano podría tener razón, podemos estar enfrentándonos a un inmortal — Concluye y Luciano, Alondra lo miran con el ceño fruncido. — ¿Está hablando de un chupasangre, anciano sabio? — Pregunta Luciano, sin lograr ocultar su repulsión. Hace casi un siglo mi familia no ha vuelto a tener contacto con ellos y nuestra zona ha estado libre de su presencia. — He dicho que es humano, no puede ser inmortal y menos un chupasangre, de eso estoy seguro — Afirmo. — ¿Cómo lo estás de Nala? Crees que ella es una simple humana pero pudo revivir lo que sucedió con la hechicera y el alfa de la profecía hace tantos siglos, porque estoy segura de que lo que Nala vivió, fue la muerte de la hechicera — Me dice Alondra — Tienes que aceptarlo Ónix, su olor es diferente, no es una humana normal, es la hechicera — Me dice Alondra y observo al anciano sabio y a Luciano y pareciera que piensan lo mismo. — No la conozco, pero siento su olor en ti y es diferente, antiguo — Me pongo de pie al escuchar al anciano sabio. — ¿Entonces que quieren que haga? ¿Me la follo hasta que se embarace y luego la escondo hasta que dé a luz a nuestro supuesto alfa supremo? — Alondra hace sonar su garganta y yo la observo ¿Qué pasa ahora? El anciano sabio me observa con una pequeña sonrisa y las mejillas sonrojadas. — Lo siento, anciano sabio. Es solo que todo esto me supera — Me excuso de inmediato por mi exabrupto. — Nala podría ser una clarividente ¿No lo creen? — Nos volvemos a mirar a Luciano y el anciano sabio afirma con su cabeza. — Es una hechicera, pero la clarividencia podría ser uno de sus dones; estamos en luna llena, donde lo inconsciente y también lo oscuro emerge a la luz, sus dones podrían estar despertando — Dice el hombre sabio. — La profecía dice que cuándo se marquen la hechicera y el alfa, los poderes o capacidades de ambos se potencializarán. Tal vez, los poderes de Nala empezaron a emerger en el momento en el que te conoció y tuviste la imprimación con ella — Dice Alondra. Lo que dice en realidad podría tener mucho sentido, sin embargo, yo sigo sintiéndola humana, su olor es humano. — Y si están ligados por lo que sucedió con Amara y Ónix, hace tantos siglos, es probable que por ese motivo no logres sentir su esencia de hechicera, lo que sería muy extraño. — Continúa Luciano. — Pero tampoco sentiste al hombre sin olor, puede ser que ustedes se bloqueen o … — Alondra suena bastante convencida de lo que está diciendo. — O sean conscientes solo de la esencia más fuerte, en Nala solo sientes la esencia humana porque la descubriste como tu pareja destinada siento humana y apenas están despertando sus poderes y por eso ella tampoco ha descubierto que eres un hombre lobo y si el hombre si olor estuvo en el mismo lugar y fue el que asesinó a Amara y a Ónix, entonces por eso tú no puedes sentirlo — Continúa Luciano y todos volvemos a mirarlo. No sabía que mi amigo tenía esta capacidad de análisis, nunca lo había demostrado. — He estudiado mucho sobre profecías — Nos dice a manera defensa. — Hay algo que no entiendo, con todo lo que nos has dicho, estamos seguros de que tú eres descendiente del alfa Ónix. ¿Pero qué sucede con Nala?, ella no es de la región, llegó hace poco con su hermana y ni siquiera se llama Amara — Dice Alondra. — Pero el hombre sin olor la está buscando, lo que quiere decir que él sabe que ella es la hechicera, entonces, debe descender de una ¿Quién es su madre? — Luciano me pregunta y de inmediato toma su tableta — Hay que averiguarlo ¿Cuál es su apellido? — Nos miramos de nuevo. No he tenido tiempo de preguntarle su apellido, solo sé que se llama Nala. Punto final. — Lo tengo, lo vi en el buzón de su casa, espera recuerdo bien — Luciano susurra y todos guardamos silencio — Mantegna — grita triunfal. — ¿Mantegna? — Susurra el anciano sabio — ¿Será posible? — ¿Qué sucede? — Le pregunta Alondra intrigada. — Es el apellido de … — De Amara Mantegna, la madre de Nala, quien conservó su apellido de soltera, lo extraño es que sus hijas no utilizaron el apellido del padre, a pesar de que fue el quién las crío — Dice Luciano — He encontrado una sola foto de Amara, estaba en las r************* de Belatrix — Nos dice y todos nos acercamos. — No es posible — Vuelve a decir el anciano sabio — Tienen que marcarse en la ceremonia de la Luna y no podemos esperar a la próxima Luna llena — Dice el anciano sabio — Ónix, tienes que casarte de inmediato con Nala y dejarla embarazada — Reafirma su decisión con un toque de su bastón y todos saltamos impresionados. — ¿Perdón? Espero que no estén hablando de mí — Escuchamos la voz de Nala y todos nos volvemos a mirarla. Está hermosa, como siempre, aunque parece un poco cansada y pálida y de inmediato mi lobo ruge ¡tengo que protegerla de toda esta locura! — Disculpe, señor abuelo decrépito, ¿Quién se cree que soy? ¿Una vaca de cría? Por supuesto que no voy a casarme con alguien que acabo de conocer y mucho menos voy a quedarme embarazada de él, solo porque usted lo desea — Continúa al parecer muy furiosa. Se encuentra de pie, acompañada del joven que llegó con ella al pueblo. Luciano me dijo que estaba con seguridad y que no podría ver a Nala, me vuelvo a mirarlo y él levanta los hombros. — ¿Quién eres? Y ¿qué haces en este lugar? — frunzo el ceño al acercarme y sentir su olor, porque de inmediato me siento débil y no puedo respirar. — ¿Ónix? — Segundos después escucho la voz alarmada de Nala. Tengo mucho calor y siento que las llamas me envuelven, me estoy quemando — ¿Ónix? ¡Dios mío! ¡Pero si está ardiendo! — Levanto la mirada y observo al chico que me observa con fijeza, sin hablar. ¿Qué me está haciendo? “Duele ¿Verdad?” Vuelvo a observarlo, pero no ha dicho nada en lo absoluto y, sin embargo, lo he escuchado ¿Por qué puede hablarme de esa manera? Solo me sucede con Alondra y Luciano porque tenemos un fuerte lazo de amistad y nos sucede a todos cuando estamos en nuestra forma de lobos, y he escuchado a Nala, pero estoy seguro de que ella no es consciente de que cada vez que me llama, puedo escucharla. “No te preocupes, yo voy a cuidarla” No logro hablar, siento como si mis pulmones estuviesen llenos de humo y perdiera el oxígeno con rapidez. Empiezo a toser y no puedo parar. — Hagan algo, se está ahogando — La voz de Nala se escucha muy lejana y siento como Luciano me golpea con fuerza en la espalda. — Siéntenlo aquí — acota Alondra y Luciano y Nala me ayudan a sentarme en un sofá. — Mierda, eres un infierno amigo, te estás incinerando — Susurra Luciano y yo cada segundo que pasa, me siento peor, porque arde y mucho. — Traigan agua, debemos empaparlo — Dice Nala y tengo la impresión de que su voz suena desesperada. “No entiendo por qué te ama” “Eres débil” Levanto la mirada y la centro en el joven ¿Quién es? ¿Cómo se llama? ¿Y por qué está convencido de que Nala me ama? “Ni siquiera pudiste salvar a tu hermano, como tampoco pudiste salvarla a ella; de la misma manera que dejaste morir a Amara y a tu hijo” ¿Cómo sabe de Amara y su hijo? ¿Cómo sabe del antiguo alfa Ónix y por qué piensa que soy yo? No puedo respirar, vuelvo a toser, el humo se concentra en mis pulmones y el fuego me quema, voy a morir, como lo hizo mi hermano y mi padre y la manada quedará en manos del idiota de Kaya. “No te preocupes, dejarás de sufrir” Intento comunicarme mentalmente con Alondra o Luciano, pero al parecer ellos no pueden escucharme. ¿El chico me está bloqueando? ¿Acaso es el hombre sin olor? No, no lo es. Es solo un niño y puedo sentir su olor, de manera muy leve, pero lo siento. ¿Y si fuera él? Y ahora que los poderes de Nala se están manifestando, tal vez yo pueda comenzar a sentir el olor del hombre sin esencia ¿Qué diablos estoy pensando? — Puedo ayudarlo — Dice el joven y yo abro los ojos. ¡Va a matarme! No lo dejen, no permitan que se me acerque. Intento decirles, pero al parecer nadie en este salón puede escucharme. — Claro, si sabes algo que pueda ayudarlo — Dice el hombre sabio acercándose a él y sonriéndole. El joven lo toma de la mano y besa con respeto el dorso de esta ¿Qué diablos? — Podríamos meterlo bajo una ducha muy fría mientras le preparan un baño helado, si usted lo considera pertinente anciano sabio — Dice el joven de manera muy seria y respetuosa. — Excelente idea, joven, excelente idea — sonríe el anciano sabio. ¿Cómo no pueden ver quién es este adolescente? Siento el agua fría caer sobre mi cuerpo y me quema, poco tiempo después varias manos intentan trasladarme a la tina del cuarto de Luciano y Alondra, soy muy grande y pesado, pero de alguna manera lo logran y siento como mi cuerpo es sumergido en medio del hielo y mi lobo interior y yo aullamos desesperados. Escucho que hablan entre ellos, pero no logro entender lo que dicen. — No se preocupen, yo me ocuparé de él — El comentario del joven me hace reaccionar e intento salir de la bañera, pero siento mi cuerpo muy pesado y que las fuerzas me abandonan. — Vas a matarme, pero no te dejaré hacerlo sin luchar — Logro hablar con los dientes castañeteando del frío. Todos se han ido. — No te muevas, tu cuerpo necesita descansar, tu alma también, duerme tranquilo, yo me ocupo de todo — Mis parpados se sienten pesados, intento resistirme, salir de la tina, pero es imposible y todo se vuelve oscuro a mi alrededor.
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