Ónix Nala me distrae, no he podido dejar de observarla mientras intentamos deshacernos de los hombres de Homero, golpeo a uno de ellos y en ese momento todo se queda en silencio, como si alguien con mucho poder hubiese dado la orden. Levanto la mirada y observo a Nala dirigiéndose hacia donde se encuentran Alondra y el hombre de la cicatriz y en segundos ella empieza a brillar, no de la misma manera de anoche, pero con la luz del día continúa siendo bastante perceptible, el hombre de la cicatriz empieza a gritar a y sangrar mientras otras heridas se le dibujan por sí solas en su cara. ¿Qué diablos? Observo todo a mi alrededor y tanto mis hombres como los de Homero y los cazadores no dan crédito a lo que está sucediendo. Me vuelvo a mirar a Nala y Arcas se encuentra a su lado cuando