Nala
En la actualidad
Tengo miedo, nunca había sentido un frío tan penetrante y jamás en mi vida pensé que podría estar tan indefensa.
Mi hermana mayor camina unos pasos más delante de mí con tanta seguridad que siento vergüenza de ser tan cobarde; yo fui quien le mostré este lugar, mi sueño fue tan real que pude dibujar el lugar y mi hermana de inmediato me dijo que lo conocía y que teníamos que venir.
Yo prefería esperar hasta que amaneciera antes de abandonar mi cálida cama y sumergirme en un lugar tan frío y tenebroso como este y menos después de que me he despertado con las últimas imágenes del sueño más espeluznante que he tenido en mi vida.
— Nala ¿podrías darte prisa? Hace un frío que pela y no veo la hora de regresar a mi cama — Intento seguir el paso de Belatrix, mi hermana mayor que siempre encuentra la forma de hacerme sentir culpable de sus propias decisiones.
— No te dije que vinieras a este lugar — Le reprocho y continúo con mi paso lento, solo quiero volver a casa y meterme entre mis sábanas.
— Has sido tú la que me ha despertado con tus pesadillas, así que deja de quejarte y muévete — Bostezo y me golpeo tres veces en la cabeza de manera imaginaria, tres por gritar en medio de una pesadilla donde todos mis familiares eran atacados por un animal inmenso y extraño.
— Te sigo, aunque no tengo la menor idea de lo que hacemos en este lugar — Estoy cansada de caminar, no puedo ni adivinar lo que mi hermana busca y además tengo mucho sueño.
— ¿Te acuerdas de la historia que nos contaba la abuela sobre la bestia de Gévaudran? — Su pregunta me toma por sorpresa. Durante años soñé con esa bestia y no quiero volver a saber de ella.
— Belatrix, volvamos a casa, tengo sueño y todo esto resulta espeluznante — El camino que seguimos se vuelve cada vez más angosto y frío.´
— Nala, no me vengas ahora con qué crees en la historia de la bestia de Gévaudran, si solo es un mito — Me detengo mientras la voz de mi hermana mayor se aleja.
Podría jurar que escuché un gruñido y la respiración de alguien muy cerca de mi cuello, estoy segura de que no estamos solas.
— Belatrix — Susurro y retomo el camino, pero mi hermana ha girado y no logro ver la luz de su teléfono portable — Belatrix,
espérame por favor — Repito escuchando de nuevo el fuerte gruñido.
¿De dónde proviene?
— ¡Nala! ¡Ayúdame! — El grito de angustia de mi hermana hace que mis terminales nerviosas se activen y empiezo a correr por el cada vez más estrecho pasaje.
— ¡Belatrix! ¿Dónde estás? — Tengo la sensación de que estoy corriendo desde hace mucho tiempo, pero no logro avanzar.
— ¡Nala! ¡Nala! — El grito de mi hermana es cada vez más espeluznante y la sensación de estar acompañadas se vuelve más fuerte.
— ¡Belatrix! ¿Dónde estás? ¿Hay alguien contigo? — Quiero llamar a la policía, pero mis dedos tiemblan y mi teléfono cae al suelo
— Belatrix, estoy aquí hermana, no te dejaré sola — Grito mientras me tiro al suelo y busco mi teléfono, está es la única posibilidad que tenemos.
— ¡La bestia, Nala, la bestia! ¡No, por favor, no! — La voz de mi hermana está impregnada de temor y me muevo más de prisa, encuentro el teléfono y marco el número de emergencias mientras corro desesperada.
— Mi hermana, alguien la está atacando — Digo en el segundo que escucho que alguien contesta — Estamos en el bosque Gévaudran, en los pasadizos. Soy Nala… por favor ayúdennos — Las lágrimas se apoderan de mis mejillas y mi voz se entrecorta, por más que corro no logro encontrar a Belatrix.
— ¡Nooo! ¡Nola, ayúdame! ¡Piedad por favor, piedad! — Escuchar a mi hermana suplicar hace que mi corazón se acelere.
— ¡Belatrix, aquí estoy. Voy a encontrarte! — Corro más de prisa y mi teléfono se resbala, pero en este momento mi único objetivo es alcanzar a mi hermana.
¡Maldición! Solo me detuve unos segundos y ella se encuentra en peligro, esto es mi culpa.
— ¡Belatrix! — Vuelvo a gritar y escucho como el eco de mi voz se pierde y la oscuridad me embarga.
¡Oh Dios mío! ¿Dónde estamos?
— ¡Nala, la bestia, Nala, busca al hombre bestia! — Escucho de nuevo la fuerte respiración y me detengo un segundo.
La voz de mi hermana es cada vez más débil, debo estar acercándome.
— Recuerda a la abuela, Nala, la bestia — Camino con suavidad, todo está oscuro y no quiero golpearme.
No le encuentro sentido a lo que mi hermana dice, la bestia la está atacando, entonces ¿Por qué me pide que la busque?
— ¡Nooo! — Me detengo al escuchar el grito desgarrador y cargado de dolor de mi hermana.
No puedo hablar, siento que todos mis sentidos y órganos se han paralizado, parpadeo y mis ojos de una manera inexplicable se adaptan a la oscuridad y logro ver una habitación donde un bulto, que parece un cuerpo humano, se encuentra colgado de unos ganchos de acero.
Me acerco un poco y escucho el sonido amplificado de gotas al caer al suelo ¿Qué está pasando?
El bulto cae al suelo, con un fuerte y estremecedor ruido y veo los ojos abiertos y sin vida de mi hermana mayor. La expresión de la cara de Belatrix refleja el terror por el que pasó.
Sin embargo, no tengo tiempo de reaccionar porque en segundos observo como una sobra negra se lanza sobre ella y destruye su cuello en el acto.
— ¡Oh, Dios mío! — La oscuridad vuelve y no logro distinguir lo que está sucediendo.
— ¡Déjala! ¡Suéltala, maldito! — Grito y solo soy consciente de unos ojos que brillan en la oscuridad y de una fuerza desconocida que se acerca a mí y luego mi mundo se vuelve n***o.
— Tranquila, estoy contigo. Lo estaré siempre — Abro los ojos y estoy siendo alejada del cuerpo destrozado de mi hermana.
— ¿Qué le ha hecho? ¡Déjeme! Quiero ver a mi hermana, tal vez pueda ayudarle —Me estremezco ante el olor que había identificado cuando el hombre se acercó a mí.
Es muy grande, pero antes de que mis ojos se cerraran podría jurar que he visto a un animal, a un inmenso animal lleno de pelaje oscuro y ojos brillantes ¿Fue él quien le hizo esto a mi hermana? ¿La bestia?
— Suélteme — Empujo con fuerza y golpeo al hombre que me deja caer al suelo.
Corro hacia donde se encuentra extendido en una maraña de huesos y carne, lo que fue el hermoso cuerpo de mi hermana Belatrix, rodeado de sangre fresca. Y, las lágrimas y el dolor que se adueñan de mi alma se vuelven lacerantes.
Me arrodillo a su lado y toco con suavidad su hermoso rostro, que de manera increíble no fue tocado. Cierro sus profundos ojos verdes y me concentro en su rostro; mis ojos se niegan a mirar otra parte de su cuerpo, quiero recordarla hermosa, como siempre fue.
— Tenemos que irnos ¡Ahora! — Escucho la penetrante voz y a pesar de que intento identificar al hombre, este se encuentra entre las sombras — ¡He dicho que ahora! — Escucho un fuerte rugido y cuando intento volverme hacia el lugar de donde se produce, siento un fuerte golpe contra mi nuca.
Caigo al suelo, sobre el baño de sangre que rodea el cuerpo de mi hermana y veo su rostro, el dolor es insoportable y mis ojos empiezan a cerrarse, sin embargo, el ruido de fuertes gruñidos hace que levante la mirada y la imagen de un inmenso lobo n***o con ojos brillantes me sorprende.
¿Todavía hay lobos en este lugar?
El miedo me embarga y cierro los ojos cuando el animal gruñe a algo que seguramente se encuentra detrás de mi cuerpo y se lanza contra él.
Grito por la impresión y el dolor y antes de que mis ojos se cierren, solo puedo concentrarme en el hermoso rostro de mi hermana mayor: Belatrix.