Capítulo 18

1196 Words
—¿Dónde está mamá, Lelie?— la pequeña Yulia preguntó. Lelie miró a la pequeña, misma que lo miraba con nervios. Los bandidos habían vuelto hacia varias horas atrás con el botín, pero Alexi no había vuelto con ellos. —No lo sé— Lelie susurró. El chico estaba preocupado por Alexi, pero no sabía en dónde buscarlo, no sabía que hacer. Estaba nervioso, ansioso y debía tomar acciones para encontrarlo. Lelie sabía que Alexi estaba mal, si no tomaba la medicina a tiempo podía desvanecerse y, en el bosque, las bestias podrían atacarlo. O peor aún, si su celo llegaba de repente podría ser atacado por cualquier alfa que se le cruzará enfrente. —Vamos a buscarlo— Yulia se dirigió a la puerta de la choza —Vamos rápido, Lelie— la niñita salió. —Espera, Yulia— Lelie caminó detrás de ella y la detuvo. —Es peligroso salir así como así a buscarlo. Debemos avisarle a mi padre sobre esto, ¿Si? La niña se detuvo, se giró y miró a Lelie. Las lágrimas estaban en el borde de sus ojos y a punto de salir. —¿Qué tal si le paso algo?— soltó el llanto, así que Lelie acudió a su encuentro. —Tranquila, Yulia— Lelie se rebajo a su altura y le dió un abrazo, —Él está bien, no te preocupes, mi padre y los otros lo encontrarán y lo traerán a casa. —Si— la pequeña susurró, Lelie entregó una sonrisa y limpió las lágrimas de la pequeña. —Vamos a ver a mi padre— el chico tomó la mano de la pequeña y luego ambos caminaron a la choza del líder. Cuando llegaron a la choza, Lelie encargó a Yulia con su madre y luego entró inmediatamente —¿Qué ocurre, Lelie?— el alfa miró a Lelie. —Padre, necesito hablar con usted urgentemente— el chico se acercó hasta donde el alfa se encontraba —Alexi desapareció. El dijo que ya no iba a volver porque su alfa lo encontraría aquí y nosotros podríamos estar en peligro— hablo rápidamente, así que su padre no entendió la mayoría de lo que dijo. —Tranquilízate, Lelie— su padre lo tomó de los brazos. —Habla despacio. —Alexi ya no está— el chico susurró —Traté de detenerlo, pero no me escucho, el planea morir y Yulia, Christoph, ¿Qué va a pasar con ellos? —¿Por qué crees eso? Los otros dijeron que el ejército enemigo lo había capturado. —Él me lo dijo— Lelie comenzó a llorar —confesó que era el príncipe omega, Alexi de Owen y que su alfa es el rey Cedric de Wood. Dijo que había recuperado la memoria, que tenía que huir lejos y que probablemente iba a morir— el llanto intensificó. Su padre lo miró con confusión —¿De qué hablas, Lelie?— cuestionó. —Por favor, tienen que creerme— miró a los otros dos que se encontraban con su padre —Hemrano, por favor, busquen a Alexi. —Bien, Lelie— el líder se acercó a él, lo abrazó y luego lo tranquilizó —Buscaremos a Alexi. —¿En serio lo hará, padre?— Lelie miró a su padre y el hombre asintió —¿Incluso si sabe que él pertenece al enemigo?— el hombre volvió a asentir. Su hermano mayor miro a su padre —Ordenare a los hombres que se alisten— salió de la choza, acompañado del segundo que se encontraba con ellos. Lelie y su padre permanecieron dentro de la choza —Lelie, hijo mío— el alfa lo miró —No importa si Alexi pertenece al enemigo, ahora es parte de nuestra tribu y lo buscaremos y lo traeremos de vuelta. Dukum cuidará de la tribu mientras tú hermano Franco y yo lo buscamos. —Por favor, tráelo con vida— pidió. —Eso haré, no te preocupes— su padre entregó una sonrisa, indicando que confiara en él. El alfa beso la frente de su hijo y en seguida salió de la choza, fue con el resto de hombres y todos partieron en la búsqueda del omega. Lelie salió minutos después, estaba preocupado, pero un poco más tranquilo ya que su padre se había encargado de buscar a su querido amigo Alexi. Fue a dónde su madre se encontraba cuidando de Yulia y Christoph. La niña, al mirarlo fue corriendo hasta donde Lelie se encontraba —¿Mi madre está bien? —Lo estará— Lelie entregó una sonrisa —Mi padre fue en su búsqueda, así que ya no debes preocuparte. —Es un alivio— la niñita susirro —Lo ves, hermano, te dije que mamá estará bien. —Gracias, Lelie— Christoph sonrió. —Ahora que todo esto se calmo, vamos a comer. Dukum preparo unas almejas con bundam deliciosas— tomó la mano de ambos niños y los llevó hasta la mesa, luego sirvió la comida y todos comieron. Al término de la comida los pequeños agradecieron y salieron de la choza, para poder ir a jugar con el resto de niños que se encontraban ahí. —Madre— Lelie miró a la mujer, misma que se encontraba recogiendo los platos de la mesa —Ire a buscar planta de Gullu. Alexi la necesitará cuando vuelva. —Esta bien, pero Dukum tendrá que acompañarte. —Si, madre— Lelie miró a su hermana, quien, desanimadamente, se levantó del suelo. —Solo porque madre lo ordenó— susurró cuando paso cerca de Lelie. Paso de largo al omega y salió de la choza. —Volveremos pronto, madre— se giró y salió detrás de su hermana. Lelie se acopló al paso de Dukum y ambos se adentraron al bosque —¿Qué pasó con Alexi?— la chica cuestionó. —Una locura completa— Lelie respondió la pregunta hecha por su hermana. —Cuentamela. —¿Puedes creer que Alexi es un príncipe? —Que mierda, ¿De verdad? —Si. —Entonces, ¿Por qué estuvo en el burdel? —Eso es lo más loco de la historia— Lelie agachó la mirada —En esta vida jamás estuvo en un burdel, de hecho, él estuvo en el burdel en su otra vida. La chica rió —Por los dioses, Lelie. Eso es absurdo y ridículo, ¿Cómo alguien recordaría lo que pasó en su otra vida? —Alexi lo hizo. Llegaron al río y Dukum fue a sentarse en la orilla, Lelie, por su parte, entro al río y recogió la planta. Cuando terminó, salió del río —Listo, hermana— Lelie se paró al frente de la chica, la cual había decidido tomar una pequeña siesta mientras su tonto hermano menor recogía la planta. —Dukum, despierta— Lelie golpeó la pierna de la chica con su pie. Dukum despertó y miró a su hermano —¿Ya terminaste? —Si, lo hice— se giró —Volvamos a la tribu— comenzó a caminar, pero su camino se vio interrumpido por aquel soldado que había derramado feromonas sobre él.
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