Había un ramo de rosas que Kamal había obsequiado a la Presidenta al llegar, eran rojas y al menos dos docenas por lo que podía contar Xandría, no se había fijado en ellas hasta ese punto en el que la señora le había permitido mover su cuello tenso de nuevo, sus manos descansaban sobre su falda y para él no fue desapercibida su curiosidad. -¿Te gustan las rosas?- le preguntó caminando hasta ellas luego de rellenar su vaso, Xandría lo miró avergonzada por haber sido descubierta, y asintió- Habla, por favor. - Sí, señor. Son unas hermosas flores- dijo con cortesía, Kamal se maravilló con su voz. Eilé sacó una de las rosas del precioso arreglo y, con cuidado de tocar las espinas, se la tendió a la novata. Xandría la miró confundida pero la tomó en sus manos evitando ser pinchada por las es