Salir de la habitación del señor Kamal no fue lo más triste para Xandría, quien al menos había encontrado placer con sus manos ilícitamente, sino el ser despachada en un edificio donde no había visto la entrada o salida, no sabía cómo marcharse de la residencia de Amos y eso podía ser un verdadero problema. Como pudo con lo poco que recordaba caminó fuera del pasillo para chocar con cuatro idénticos donde sintió que en lugar de salir se metía más y más en ese lugar. Sonidos de placer salían de una habitación y se alejó lo más que pudo, con decoro, de ahí, mirando hacía atrás y hacia los lados, preguntándose a sí misma cómo escapar, cuando chocó torpemente con una espalda musculosa y grande, sus ojos se abrieron como platos y se recordó a sí misma bajar la mirada, era un hombre fuerte y c