El amo Marcus, según observó, era muy muy alto, el hombre tenía un cuerpo doble y en su cabeza brillaba una melena que le llegaba hasta la nuca de color dorado amarrada con una goma para mantenerla sujeta. Su camisa de vestir era blanca y sus pantalones de jeans se veían de marca, él abrió su cierre y un enorme m*****o salió, sus manos fueron a los tobillos de Xandría y la abrió completamente para él, mientras su cabeza bajaba a sus pechos, ella pensó que los acariciaría, pero no, en cambio, se sobresaltó un poco cuando sus dientes encontraron su piel delicada y empezó a mordisquearlos, no se revolvía mucho, aunque lo poco que lo hacía era involuntario. Ella se sentía más y más mojada por ese penoso acto que debería ser una tortura. Marcus se puso en su entrada y de inmediato sintió la p