5 - Honor

1267 Words
-¿Honor?- preguntó sin querer que sonase con tanto sarcasmo, pero la sonrisa de Eilé no se movió, en cambio, sus largos y delicados dedos con esas uñas largas pintadas a la francesa danzaron por la madera del escritorio. -Así es, mi nombre es Eilé Shower Lombertti y soy la actual Presidenta de la Sociedad Rossé para mujeres- dijo ganándose una mirada de asombro y reconocimiento de parte de la oji-violeta. -He oído de usted, usted es…- dijo Xandría en tono bajo -Sí, si, dueña de aerolíneas como Surarlines y FenixAir. También de la Fundación de Mujeres de Brittel, la marca de botas Tishus y otra media docena de cosas- dijo Eilé con fastidio ganándose la mirada curiosa de Xandría- Mejor hablemos de ti- le dijo con interés y la chica tragó grueso. -Es… Impresionante, señora Eilé- dijo causando un efecto inesperado en la Presidenta quien apretó los muslos fuertemente sintiéndose excitada al escuchar cómo se refería a ella, ese título que aunque otras le decían a diario, definitivamente con ninguna causaba el mismo efecto- Yo… Bien, no sé qué podría decirle que ya no supiese de mi, imagino que me han tenido vigilada porque sino su invitación no hubiese llegado luego de la muerte de mi familia- Eilé en lugar de sentirse apenada o avergonzada por haber sido descubierta, sonrió más aún, ella realmente le resultaba fascinante. -Chica lista- halagó- Sé todo lo principal sobre usted, señorita Hill, esperaba que me contase cosas más… Íntimas, de esas que no salen en el  reporte que está justo sobre mi escritorio- Xandría se preguntaba en qué fila estaría, de qué color sería el reporte en el que estaba descrita su vida al que tuviese la suficiente curiosidad para revisar. -No entiendo para qué le interesaría a usted los detalles de mi vida- dijo cortante sorprendiendo a la Superior con su soez tono, Eilé se visualizó dándole unas fuertes nalgadas como reprimenda pero se contuvo, aún no era el momento para eso- ¿Podría usted contarme lo que aquella chica se negó a decirme? Quisiera saber si me interesa o no estar aquí. -¿Y acaso crees que tienes una opción?- le dijo en el mismo tono Eilé- Tú eres la última Hill, si no estás, tu familia perderá su legado y un vacío quedará en nuestra sociedad que, imagino sabes, no se llena con cualquiera. -Así que por eso estoy aquí- Xandría cruzó sus brazos sobre su pecho como parecía ser su costumbre, ganandose que la indiscreta mirada de la Superior se perdiese en su busto sin ninguna discreción causando que ella bajase las manos rápidamente y sintiera calor en sus mejillas, nunca la había mirado de esa manera una mujer, o por lo menos, no que ella lo hubiese notado- ¿Por qué yo lleno los estándares? He sido completamente contraria a mi hermana desde que tengo memoria, mamá la preparó con clases de piano, francés, alemán y mandarín. Ella bailó danza clásica y flamenco, tuvo los mejores tutores. Marilyn tenía récord de asistencia, era la presidenta de su clase, era dulce, amable, gentil y tierna y yo…. -Tú, Xandría eres todo lo contrario. Aunque también tuviste clases de idiomas la cual cursaste con excelentes calificaciones, clases de artes plásticas, bailaste sí, aunque el hip hop y breakdance junto al ballet moderno no sonaran como suficientes para tus padres, vaya que lo era. Eres una mala conducta, eso sí. Rebelde, contestona y muy lista, y según tus maestros, la mejor de tus clases, buena tutora para chicos de grados menores, y amable, carismática y dulce. No veo cómo no calificas- admitió Eilé, aún sabiendo que la chica no cumplía los actuales estandares, ella pertenecía a la nueva generación, las chicas modernas y creativas del mañana. Las artistas, las escritoras, las directoras y las poetas de los próximos años. Y estaba completamente segura de que, si Xandría cedía un poco en su actitud y comportamiento, sería una de las mejores de la sociedad, y una perfecta Superior, puesto que su actitud imponente y belleza incomparable no deja duda de la grandeza que se le presentaría. Si tan solo controlase su boca. -No entiendo qué quiso decir la chica morena con que “tuviese cuidado con las Superiores porque querrían domarme”- admitió ganándose una mirada profunda. -¿Margaret te dijo eso?- preguntó y Xandría quiso morderse la lengua por haber metido quizás a la chica en un problema, aún así asintió- Bien. Eso es cierto, realmente. Verás, Xandría, La Rossé se creó hace muchísimos años, empezó siendo una rebelión contra el machismo que se vivía en ese entonces donde el que una mujer fuese más inteligente que ellos era una verdadera falta de respeto, y como ellos veían, una cuestión merecedora de castigo. La Rossé empezó siendo una casa de abrigo para esas mujeres que habían sido golpeadas, sodomizadas, cortadas, arrancadas de sus familias, llamadas locas, por el simple hecho de tener una visión mucho más amplia que los cerrados hombres de la época- Xandría estaba absorta, no sabía si le parecía más interesante el tema o el tono de voz que manejaba ella, tan pausado y calmo que parecía una melodía intentando dormirla- Y, al encontrar su apoyo entre ellas mismas, sintiendo la calidez de los brazos que sí sabían dar amor y valor y no humilación y maltrato, empezaron las relaciones amorosas en La Rossé. Empezó siendo una reunión de tragos, donde seguramente consumieron más que alcohol- dijo con tono de burla y Xandría sonrió un poco aún incómoda- Se dividían en dos grupos: las antiguas, las primeras miembros quienes actualmente utilizamos el título de Superiores, y las inferiores eran esas recién llegadas, quienes apenas iban uniéndose. Cuando madame de Lepall, una francesa muy… Experimentada en el ámbito s****l y una de las primeras mujeres en escribir un libro explícito sobre sexo clandestino y fue castigada siendo apedrada y rapada, ella sabía mucho de una nueva práctica para la fecha. El bondage y la sumisión, así se introdujo de a poco, el b**m con la sociedad- Xandría se sentía un poco confundida, había escuchado apenas un poco sobre eso, una amiga suya leía libros de esa temática y sólo conocía que se incluían sogas y dolor en forma de placer, algo tan confuso y poco conocido que la ponía nerviosa- Si no sabes que es, ya te explico, quiero seguir contandote la historia de La Rossé, es importante- ella asintió y siguió escuchando- Las Amas y las esclavas empezaron relaciones estrechas, evitando los celos entre esclavas cuando una Superior decidía tener más de una porque eran, y son aún, cosas acordadas, contratos firmados y acuerdos entre todas las partes involucradas.  -Esto es tan… confuso. -No, no lo es. Son los hilos del mundo, Xandría- explicó ella encantada con la cara de frustración de chica- Estas asociaciones de Superiores e inferiores o Amas y esclavas, como lo quieras decir, son con fines y beneficios más allá del sexo o amor. Son conecciones, benefactoras, asociadas, préstamos y cobros. Son contactos globales, querida, siempre satisfactorios y sin peligros. Digamos que es más allá de un club social. -Entiendo…Creo- dijo con timidez, rara en ella ya que era tan segura y espontánea. No sabía qué hacer, si continuar con esto o dar media vuelta. Y las palabras de la Presidenta retumbaron en su cabeza.. “¿Y acaso crees que tienes una opción?” -Serás una buena Superior, Xandría, pero antes de eso, debes ser la mejor inferior. -Lo……………...Haré.
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