Era diciembre, estábamos de cena de empresa casi todo el personal de expedición, era además una cena de despedida y de celebración, uno de los encargados de turno se jubilaba y el jefe de expedición me comunicó que yo era el elegido para sustituirlo a partir del uno de enero, eso significaba no sólo una importante mejora de sueldo, además, se acababan las guardias de noche o los festivos. Después de la cena nos fuimos a un local al que solíamos ir siempre, yo invité a la primera ronda y a pesar de las protestas de mis compañeros me marché, tenía que conducir para ir a casa y no quería beber. Cuando salí a la calle hacía bastante frío y tenía que andar un buen trecho para llegar al parking donde había dejado el coche, era la una de la noche y no se veía ni un alma por la calle. Ya delant