Pov. Ashley Mis ojos observaron el paisaje pasar, las calles húmedas por la lluvia, las paredes de los edificios más oscuras y aquel cielo encapotado que avisaba que no había terminado todavía. Me gustaban los días así, la forma en que el viento despeinaba mi cabello, esos halos que se formaban cuando hablabas. Miré a una mujer correr con los auriculares en sus oídos y sonreí antes de arrugar la nariz. El ambiente se había llenado de esa música antigua, miré hacia adelante donde la vieja radio de nuestro auto de segunda mano marcaba una emisora. — Papá, saca eso, es muy feo. Los ojos de mi padre me enfocaron por el espejo retrovisor, brillaban como siempre, aquel verde que siempre me cautivo y del que me queje por no heredar. — Está es la mejor música que vas a escuchar hija —le