Salvador lo llevó a un hotel, lo recostó en la cama mientras él durmió en el sillón. Pasaron varias semanas… Elías hojeaba información detallada de Valery, todo lo que hizo desde que llegó el maestro a la ciudad, llegó información de cuándo y en cuánto vendió los muebles de la casa y se enteró que el maestro recibió una herencia. Elías estaba sumamente molesto y desilusionado mientras observaba la foto de Valery pensó -¿Me dejaste por dinero?-. Entre la información que tenía encontró el número nuevo que usaba Valery. “Hola”. “…..”. “¿Hola?” “…..”. “¿Elías?”. “¿Me dejaste por dinero?”. “….” “¡Contesta!”. “Lo siento Elías, yo te quiero, pero…”. “Entonces, es verdad”. “….” “Te demostraré cuánto dinero puedo hacer y cuando esto suceda tú volverás, recuérdalo”. Elías colgó abru