El Amor Contra El Tiempo

Narra Tim: Comenzó el verano, es un día caluroso en san Francisco, se ven las personas transitando por las calles, algunas se pueden notar con las gotas de sudor recorriendo sus rostros. Unos se apresuran, quizás yendo a su trabajo o tratando de llegar más rápido a otros lugares. Miro a mi alrededor tratando de encontrar mi rumbo, pero no hacia donde me dirijo físicamente, sino buscando el sentido a la vida; esa que nos puede dar felicidades, pero también nos puede abatir muchas veces con momentos inesperados. Yo puedo decir que lo tengo casi todo, y no solo hablando de lo económico, sino también por el hecho de que puedo trasladarme a donde yo quiera y en el momento que yo quiera, pero siento que no tengo con quien compartirlo, este secreto me calcome, en ocasiones siento que se puede salir por mi boca, ¡rayos!, Es difícil guardar un secreto por tanto tiempo. El día que obtuve este don, por la emoción quise contarle a alguien, pero primero me trató de loco, y cuando quise demostrárselo, no funcionó. ¿ qué? No se por qué, no logro entender. Es como si existiera solo en mi cabeza. Otra de las cosas que sucedió fue que desapareció por unas semanas, cuando volvió nuevamente, entendí que no debería decirle a nadie. Desde entonces he disfrutado todo lo que he podido, he viajado a Canadá, un poco frío para mí gusto, pero pude conocer un poco de varias ciudades como Toronto, Montreal, y la que tanto me gustó fue Vancouver. Me senté a comer platos tan exquisitos que mi paladar se derretía con la sensación de llegar a hacer que mis ojos se voltearan de éxtasis. He aprovechado la oportunidad de conocer algunas mujeres, pero no me llegue a enamorar, y tampoco debia, porque generalmente fueron mujeres del pasado y no puedo modificar el presente, creo que cambiaría todo. Viajé a Australia, me pase por los parques y por supuesto no podía dejar de conocer a los “famosos” canguros, de los que tanto hablan las personas. Viajé por Hawaii, que dicha ver ese hermoso paisaje, sus playas, un lugar rico en cultura, la ventaja de todo esto de viajar es que no solo puedo ir al pasado, sino que puedo ir a cualquier lado, basta con estar solo en un lugar, cerrar mis ojos e imaginarme a donde ir para viajar, he visto a mis antepasados, creo que puedo decir que era muy parecido al padre de mi abuelo, cosa que no puedo mencionar a mi familia, porque me mirarían como si estuviera demente. ¡ah! ¡si supieran! Que los he visto desde que estaban bebés, mi madre era muy graciosa, pude ver cómo fue su crianza, su juventud, ha sido desde siempre la misma persona humilde y cariñosa. Por otro lado mi padre, fue muy libertino, probó los placeres del cigarrillo, el alcohol y algunas mujeres, Hasta que conoció a mi madre, no he indagado más allá, pero creo que fue a causa del embarazo de mi hermano Jack, su primer hijo. Por cierto, me acaba de llamar para saber de mí, ciertamente su exitosa carrera de abogado, le impide compartir conmigo así como lo hacíamos antes, salíamos un poco a tomar un café, conversábamos de nuestros gustos; por la comida, los trajes, las reuniones con amigos, incluso me llegó a comentar que le gustaría emprender un viaje en algún momento de su vida, para conocer lugares, pero ahora que su carrera ha tenido un auge, no puede dejarla, muchos lo contratan porque no ha perdido ningún caso. Conversando con él, lo invite a un restaurante italiano para mañana que lo tiene libre, estoy ansioso de compartir con el para comunicarle mis planes. Por fin llegue a mi casa, quiero descansar un poco, este día ha sido estresante, tuve que tomar el bus, pase por la librería para recoger algunos libros de anatomía que son de utilidad para mi carrera de médico, solo al imaginarme todo lo que tengo que estudiar, hace que quiera transportarme a un lugar que me haga desestresarme. Al llegar, veo a mi dulce madre cocinando, ese rico aroma a pollo asado llega a mi olfato, despertando el apetito y haciendo que se me olvide lo atareado que venía. Al oírme entrar ella me mira con esos ojos color miel, como resplandece el sol sobre el mar cuando se comienza a ocultar y me pregunta: -hola hijo. ¿Qué tal tu día? ¿Como te fue en la universidad?- Secando sus suaves manos, mientras se dirige a mi para darme uno de sus cálidos abrazos. -bien mamá, un poco agitado mi día, hoy realice mis primeras prácticas medicinales en el hospital, hoy entendí lo dura que es esta carrera, que hay una vida en tus manos que debes cuidar, que debo poner mis ganas en esto porque tengo una gran responsabilidad. Quiero lograr mis sueños, y poco a poco le voy agarrando más amor a mi profesión-. Después de dirigirle mis palabras, veo en sus ojos un sentimiento de orgullo. Después de comer, me dirijo a mi cuarto y veo que rápidamente cayó la noche, que el tiempo pasó sin darme cuenta. Veo el reloj y son las 8:30 pm. Estoy en la indecisión de ir a estudiar, acostarme para descansar o ir a conocer un lugar nuevo. Y ¿por qué no? Ir a Francia a pasearme por la torre Eiffel, es al único lugar que no he podido ir porque siento que debería ser especial, simplemente por el hecho de ser llamado el lugar del amor, creo que primero debería conocer a la persona indicada y poderla llevar hasta allá. Se escuchó la puerta, creo que debe ser mi padre llegando del trabajo, el pobre llega tarde todos los días, ha tenido que meter horas extras para darle a mi madre lo que ella quiera, a pesar de los años juntos, veo que ese amor se conserva, se dan detalles el uno al otro, dedican un día de la semana para escaparse a celebrar la vida, al ver su romance intacto, me da esperanza el saber que si se puede encontrar un alma gemela, solo basta tener paciencia que el destino la traerá. He decidido que mejor dormiré, y mañana en lo que llegue temprano para la cirugía, repaso una vez mas la práctica que debo realizar. -¡9:00 am ¡ ¡no puede ser! Me quedé dormido. Debí estar en el hospital hace 1 hora y media. Tendré que viajar y transportarme a las 6:00 am, me vestiré y cerraré mis ojos para regresar el tiempo. Bajo y veo a mi madre esperándome alegre con el desayuno: unos ricos panes franceses, con huevos revueltos y café. -¡Buenos días Tim! Espero que este día, te salga todo muy bien, y la persona que esté en cirugía contigo quedé en perfecto estado- expresa mi madre sonriendo dulcemente. Termino mi desayuno rápidamente, salgo deprisa y tomo el bus, no sé si es por los nervios, pero siento que el tiempo corre muy lento, siento que las personas que van delante de mí caminan de manera que hacen que enloquezca de ansiedad. Por fin llegue al hospital, me prepararé para la cirugía, ¡Dios mío no puede ser! Dejé el libro que necesitaba para repasar, solo puedo recordar algunas cosas, el agite y preocupación hace que mi respiración se acelere como si fuese a toda velocidad en un auto y no me ayuda a recordar el todo. Iré al baño, para regresar a casa en el momento antes de salir y tomar mi libro, entraré al baño para estar a solas. ¡no sé qué pasa! Cierro mis ojos, pero nada sucede. ¡intentaré nuevamente! ¡nada! Pero si yo no le he dicho a nadie, ¿por qué ha desaparecido? Me asomo a los otros lugares del baño pero no veo a nadie. ¡estoy confundido! Saldré y enfrentare está situación, no me queda por hacer nada más. Al salir del baño, me encuentro con el director y me pregunta si me siento preparado, sonrío de lado de manera nerviosa, y el me responde -¡tranquilo, eso sucede siempre en las operaciones! Es normal sentir un poco de temor porque es una vida que tenemos en nuestras manos.