CAPÍTULO QUINCE
Era más que extraño despertar con alguien en la otra mitad de la cama. Kate se tomó un momento para apreciar la sensación mientras sigilosamente salía de la cama. Tomó sus pantis y su bata y se escurrio de la habitación con Allen todavía dormido. La.hacía sentir un poco inmadura, pero no tenía palabras para expresar cuán feliz estaba. Ningún hombre se había quedado a dormir desde que Michael había muerto. Había algo liberador en eso —algo que le.recordaba que estaba bien vivir un poco egoistamente de vez en cuando.
Caminó hasta la cocina y comenzó a colar una jarra de café. Rompió unos huevos y comenzó a hacer una omelette. Mientras el café se colaba y los huevos se cocinaban, en un impulso se fue al mostrador de la cocina y abrió su iPad, poniendo en pantalla los archi
