¡Mierda! ¡Mierda! ¡Mierda! ¡Vanessa! ¡no me hagas esto por favor!
Al escuchar el disparo corrí lo más rápido que pude hacia la tienda, ¡fui un idiota! no debí dejarla sola en aquella tienda y más sabiendo como están las cosas ahora, ¡soy un estúpido!
Corría lo más rápido que podía, la luz era tan poca que tropecé y caí más de una vez, pero no me importaba, me volvía a levantar y seguía corriendo, no podía dejar que nada le pasara, no sé en qué momento paso, pero le tengo mucho cariño, no sé cómo se generó y no es queriéndola más que a una amiga... pero se generó este sentimiento y no lo sabía hasta que escuche el disparo... ¡no voy a dejarla morir! ¡Aguanta Vanessa!
Entre corriendo y gritando a la tienda con el arma a la mano, apuntaba a todas direcciones. ¡Vanessa! ¡¿dónde estás?! ¡responde por favor! -gritaba exaltado, asustado y con lágrimas en los ojos- no se veía nada en la tienda a pesar de que no era muy grande y gracias a mi nerviosismo me costaba encender la linterna. Enciende maldita porquería -gritaba intentando encenderla- ¡Vanessa! ¡Vanessa!
Michael... -se escuchó al fondo de la tienda- la voz de Vanessa venia detrás de una puerta al fondo de la tienda, al parecer es el almacén, corrí y entre al almacén casi derrumbando la puerta, entre apuntando a todos lados. ¡¿Vanessa, donde estas?!
- Aquí... -respondió ella con una voz débil, estaba detrás de unas cajas.
- ¡¿Quién te hizo esto?! -grite enojado y preocupado mientras notaba que sangraba en su vientre.
- El...-señalo con mucho esfuerzo.
Hice presión en la herida de Vanessa, ¡tenía que encontrar a ese maldito infeliz! debía pagar por lo que hizo, vi hacia donde señalaba Vanessa y no lograba ver nada, habían muchas cosas en el almacén y además estaba muy oscuro. ¡Sal de ahí maldito come mierda! -grite furioso y apuntando mi arma hacia la oscuridad del almacén- ¡No me hagas ir por ti!
Lo... lo siento Michael... -se escuchó venir de la oscuridad del almacén- esa voz... yo la conozco... ¿quién es? ¡Sal de ahí antes de que empiece a disparar!
- Lo siento Michael... no sabía que venía contigo...-veía una tenue sombra acercándose-
- ¡Muéstrate! -grite con una mano en el arma y la otra en la herida de Vanessa.
No podía creer lo que veía... ¡¿Raúl?! ¡¿qué hace Raúl aquí atrás?! ¡¿él le hizo esto a Vanessa?! ¡¿por qué mierda le hizo esto?! -pongo mi dedo en el gatillo con una lagrima en mis ojos.
- ¡¿Por qué?! -le grito mientras le apunto.
- Lo siento... yo solo... -decía con voz temblorosa mientras soltaba su arma.
- ¡¿Tú que?! ¡¿Tú que?! -grite apretando un poco el gatillo.
- ¡Estaba asustado! ¡no sabía quién era, ni siquiera sabía que era mujer y mucho menos que venía contigo o que siquiera estabas aquí!
- ... -suelto el gatillo sin dejar de apuntarle.
- Con la locura y el caos que hay afuera no sabía que hacer... me oculté todo este tiempo en la tienda, sabía que estaban saqueando y solo me escondí en el almacén esperando que no vinieran aquí... sabes bien que soy un cobarde y estuve solo aquí... esperando...
- ...
- Luego escuche como irrumpían en la tienda, no sabía que hacer, no sabía quién era y solo me oculte en el almacén... luego de un rato escuche como se abrió la puerta del almacén, entre en pánico y sin pensarlo dispare el arma... lo siento... lo siento... lo siento -decía mientras se tiro al suelo y se sujetaba la cabeza.
No sabía que decir... es mi amigo, pero le disparo a Vanessa, ¿qué debo hacer? aun no dejo de apuntarle con el arma mientras estoy en silencio, ¿debería perdonarlo? no lo sé...
- No fue su culpa -dijo Vanessa- nosotros irrumpimos en este lugar y lo hicimos de manera descuidada, yo lo hice de manera descuidada, entre al almacén como si nada y sin ningún tipo de precaución.
- Pero...
- Agradezco que te preocupes por mí, me alegra mucho saber que te importo, pero es como dijiste, es un matar o morir, él lo sabía, estaba poniendo su vida primero ante el intruso que posiblemente le haría daño.
Bajo el arma mientras pienso en lo que dijo Vanessa, talvez tenga razón... pero te equivocas Vanessa -pensé mientras la miraba- fue imprudencia mía al dejarte sola, fue mi culpa...
- Se lo que piensas Michael -me toma la mano- no fue tu culpa, solo es algo que paso
- No lo sé...
- ¿Sabes? Helen es una mujer muy afortunada, debo admitir que hasta siento algo de celos -sonrió mientras quedaba inconsciente.
- ¡Mierda, no! ¡la mate! -grito Raúl entre lágrimas.
- No... solo esta inconsciente -le dije mientras miraba el rostro de Vanessa.
- ¡Tenemos que llevarla donde puedan salvarle la vida! dudo que hayan hospitales funcionando en estos momentos o al menos cerca, pero conozco una mujer, vieja amiga mía que vive en una pequeña cabaña con su padre no muy lejos de aquí, ella tiene conocimientos como médica y sé que podría salvarle la vida.
- ... dime Raúl, se sinceró, ¿consideras que es la mejor opción? -le pregunto ya que tengo mi mente en blanco.
- Lo es...
- Esta bien, ¡entonces hagámoslo! tu conduces, Raúl.
Llevo con algo de prisa, pero mucho cuidado a Vanessa hacia el auto, le doy las llaves del auto a Raúl y mientras yo termino de llenar el tanque de gasolina él se está encargando de llenar de suministros el auto, debemos llevar lo más que podamos, pero también arrancar lo antes posible, trato de llenar el tanque al máxima con la intención de que no nos haga falta.
Raúl ya está en el volante esperándome para arrancar ya que fui a la tienda a recoger el arma que tanto Raúl como yo habíamos dejado tiradas, nos podría hacer falta, pero en eso escucho un auto. ¿Raúl? -pensé mientras me asomaba a la ventana- ¡Mierda! no es él, se acaba de estacionar un auto al otro lado de la gasolinera a unos cuantos metros del auto donde están Raúl y Vanessa, del auto se bajaron unos cuatro hombres, estaban armados por lo que lograba ver y por su calma parecía que no sabían de nuestra presencia ¿será Damián? no lo creo, no creo que supiera donde estábamos.
No conocía las intenciones de aquellos hombres, lo más seguro es que al ver un lugar tan desolado se estacionaron para ver si encontraban algo de valor en el lugar como comida, ya que creo que el papel moneda ya ha perdido su valor. Logro ver como dos de ellos se fijan en el auto en el que se encuentran Vanessa y Raúl lo cual me preocupo, no conocemos sus intenciones, pero tampoco veo viable que aquellas personas nos vean o que sepan que estamos aquí, el mundo ha cambiado mucho... podría llegar al auto y huir rápido con Vanessa y Raúl, pero hay un problema... ¿cómo hago para pasarlos? son más de lo que podríamos manejar Raúl y yo, yo tengo las dos armas, además están armados y si solo entro al auto y huimos nos podrían seguir fácilmente. Veo a Raúl levemente asomado en la ventana del auto, le veo preocupado, pero por su mirada sé que ambos sabemos lo que hay que hacer... seré la distracción... no había manera de comunicarnos, pero nos conocemos de hace mucho... solo espero que entienda lo que tiene que hacer...
Raúl pone las llaves suavemente, listo para encenderlo y algo agachado para no dejarse ver, ya que, aunque está muy oscuro es cauteloso, asomo levemente el arma por la puerta de la tienda sin necesidad de abrirla mucho, solo lo suficiente para que salga la boquilla del arma, veo que dos hombres se acercan cada vez al auto, es ahora o nunca -digo mientras halo el gatillo- ¡Bang! disparo mi arma, los hombres que iban hacia el auto rápidamente volvieron al suyo, pero no para irse, fueron a cubrirse junto a los otros hombres, querían entrar y responder al disparo que vino de la tienda si o si, o al menos eso entendí por lo que gritaban, estaba jodido, en eso veo como Raúl suelta el freno y deja rodar el auto poco a poco hacia el camino mientras los hombres se van acercando poco a poco a la tienda... está funcionando, no lo notan... aun así me tendré que quedar aquí y ganar más tiempo mientras Vanessa y Raúl huyen, no puedo arriesgarme a que los descubran.
Suelto un disparo en el interior para que sigan fijándose en mi... espero salir de esta... ellos se irán y yo quedare aquí solo, al menos Vanessa tiene probabilidades de sobrevivir, espero este bien, sé que lo estará, ella es muy fuerte... de verdad que es una gran mujer.
Me siento al fondo del almacén esperando lo inevitable, supongo que fue buena vida, no tuve los mejores padres, no tuve los mejores amigos o si quiera la mejor infancia, pero conocí el amor, solo espero que Helen este bien, me hubiera gustado verla antes, pero supongo que no se podrá, no tengo como escapar, ¿que será este fenómeno que llevo al mundo a la mierda? ¿cómo es posible que el sol desaparezca, así como si nada? supongo que no sabre la respuesta... ¿habrá otra vida? creo que lo averiguare y si... uso el arma para adelantar esto... ¡¿pero que mierda estoy pensando?! ¡no me voy a rendir hasta llegar con Helen! debe haber algo aquí que me ayude, busco en todos lados mientras escucho que están revisando la tienda, es una suerte que la puerta del almacén sea poco visible y más con la poca luz que hay, no encuentro nada que me ayude más que comida, pero sigo buscando, ¡no me voy a rendir! ... espera ¿qué es eso? -digo mientras noto una libre brisa de viento- noto una pequeña r*****a detrás de unas cajas, las muevo y si, es una r*****a, no sé si existe un dios, pero ¡gracias!
Trato de quitar la r*****a, por suerte esta algo suelta, pero aun así trato de evitar hacer mucho ruido, de fondo logro escuchar como entran al almacén, tengo que darme prisa -pienso mientras trato de sacarla- ¡lo logre! ahora solo debo salir con cuidado y volver a taparla para que no me vean, no puedo dejar que me vean, logro ver a alguien dentro del almacén... ¡¿es Damián?! mierda, creo que dije eso en voz alta, escucho los pasos acercarse hacia donde estoy, salgo rápido por la r*****a y logro cubrirla con una caja, creo que no me vio y menos donde salí... ¿de verdad era el? no importa, no tengo tiempo para pensar en eso, tengo que irme rápido de aquí.
Evito ir hacia el estacionamiento, es obvio que estarán por ahí y menos puedo salir hacia la carretera, no tengo de otra que moverme por el bosque... estoy solo ahora y al parecer me tomara más tiempo llegar hacia Helen... espérame un poco más... tú también Vanessa...