La hora del almuerzo llegó y Leandro tocó la puerta, Mariana se sobresaltó un poco, estaba nerviosa, en serio le gustaba mucho Leandro, ahora se sentía indecisa por la situación.
Su cabello castaño claro y ojos llamativos, cuerpo ejercitado y bien vestido, cualquiera moriría por tenerlo cerca y ella lo tenía ahí.
Bryan sonrió un poco, saludó rápido y se excusó para ir a recoger unos documentos que según él necesitaba.
Mariana se puso de pie.
Leandro estaba decidido por alguna razón esta vez.
Sí no se arriesgaba ahora no podría tenerla nunca.
Hola, pequeña.
No soy una niña para que me saludes así.
Lo sé, puedo notarlo, te queda muy bien el traje de oficina.
Leandro se acercó y le tomó la mano.
Mariana sentía que se le saldría su corazón.
Él se acercó y le dió un beso en camisura de los labios.
Sintió un repentino escalofrío en su cuerpo y un vacío en el estómago.
Tocó levemente sus labios como si el beso hubiera sido ahí.
Leandro yo...
Mariana, sé que he esperado por mucho este momento, pronto me iré a otro país y no quiero irme sin antes decirte lo que siento.
La acercó a ella y la tomó por la cintura.
Me gustas, desde el primer día que te vi, me gustas.
Mucho, para ser exacto.
Ella sintió que sus ojos se llenaban de lágrimas, quería maldecirlo en ese preciso momento.
Sí tan solo él hubiera llegado esa noche en su cumpleaños.
Leandro no comprendía su reacción, por qué se puso así de alterada.?
Sucede algo.?
Por qué me lo dices hasta ahora Leandro.?
Te espere en mi fiesta de cumpleaños, incluso hice un reto con mis amigas para besarte, lo siento si eso te ofende.
No soy la indicada para ti, esperé tanto que me dijeras algo, que me vieras.
Por qué piensas que es tarde, no lo es Mariana.?
Sí lo es, me acosté con un hombre esa noche y aún lo hago.
Lo siento, pero no puedo ni siquiera verte a los ojos, me siento avergonzada.
Mariana cubrió sus ojos y pudo sentir el abrazo de aquel chico el cual sentía su corazón hecho pedazos por alguna razón.
Te...te gusta él.?
No lo sé, no soy más que su juguete, que bajo he caído, cierto.?
Mariana lo abrazó fuerte, no quería sentirse débil y mucho menos que el amor de su vida supiera lo que hizo, era lo correcto, no iba a darle ilusiones, no se sentía digna de él.
Leandro yo...lo siento.
Mariana, no me importa, entiendo que quisieras experimentar, prometo que esperaré por ti.
Lo harás.?
El tiempo que sea necesario, créeme que esperaré por ti, te amo y siempre fue así, no digo que he sido un santo, he estado con algunas mujeres, nada serio, solo sexo, no debes sentirte avergonzada, es normal entiendes.?
Sí, es solo que yo quería...
Querías que fuera yo.?
Sí, exacto, quería que fueras el primero.
Leandro la tomó de las mejillas y acercó sus labios a ella.
La besó con tanta delicadeza que a Mariana le pareció ir hasta Júpiter.
Carlo jamás la besó así, siempre fue brusco y algo insensible.
Ella recorrió sus labios con los suyos y unieron sus lenguas .
Sabía que estaba cometiendo un error pero de verdad quería tener un beso así desde hace mucho con él.
No te disculpes más, yo estaré ahí para ti cuando me necesites, eres el amor de mi vida y no te dejaré ir, solo te daré tiempo.
Respetaré lo que decidas hacer ahora.
Solo quisiera que algún día reconsideres que yo sí te daré todo.
Ella solo asintió y lo abrazó.
Gracias por no juzgarme Leandro.
No prometo que sea ahora pero, seré tuya algún día.
Lo sé preciosa, no te preocupes.
La besó una vez más y le tomó la mano.
Vamos a almorzar con tu hermano, qué dices.?
Sí, tengo mucho apetito, más que antes, no solía comer tanto, anoche me levanté a las dos de la madrugada a buscar algo de comer.
Jajaja, han de ser las hormonas.
Leandro tragó grueso, sintió un gran susto pero no dijo nada al respecto.
Sea lo que sea la apoyaría siempre, esa promesa no la rompería jamás.
Ambos salieron tomados de la mano, casualmente llegó el señor Bianchi.
Ya sabía quién era Mariana, al verla tomada de la mano del chico frunció el ceño porque le pareció recordar que salía con su amigo Carlo.
Se escondió y tomó una fotografía.
Se la envío a su amigo y se burló de él.
Al parecer no eres lo suficientemente bueno como para atrapar a una pequeña chica.
Carlo revisó su teléfono al ver la fotografía se sintió un poco molesto.
Ohh mi linda niña.?
Mi Puttana, no voy a seguir con este jueguito por más tiempo.
Hoy te voy a follar y recordarás mi nombre cada noche.
Eres mía, solo mía.
El hombre perdió la concentración en su trabajo, la creía de su propiedad cuando jamás le dió un lugar seguro para empezar.
Era solo sexo y se lo había dejado más que claro.
Por qué molestarse por una foto donde claramente ella se veía feliz, para qué interponerse.?
El chico era adecuado para ella, no sería mejor dejarla seguir su vida con alguien que realmente le dé lo que él no puede.?
Se sintió traicionado ya que Carlo era quien siempre las rechazaba y terminaba con ellas.
Respiró un poco analizando la situación, la chica tenia derecho, mientras le diera lo que quería, no deberia decirle nada.
De todas formas sentía que le quitaban algo que le pertenecía solo a él.
Leandro soltó la mano de Mariana, tampoco quería presionarla.
Ahora sabía que él podía esperarla hasta que estuviera segura, se sentía más tranquilo.
Vería como iban las cosas por la noche y de acuerdo a eso hablaría con Carlo.
Era un hecho que tomaría su tiempo para volver a empezar algo y en ese caso ese alguien sería Leandro, no ahora, todo a su tiempo.
Haría mejor las cosas, algo más parecido a las citas y conocerse para no ir tan rápido.
Almorzaron y se fueron cuando Leandro contó la historia de cómo Mariana le dejó el ojo y el pómulo morados por una semana.
Lo siento, de verdad no fue intencional.
Lo sé, no te preocupes, lo mejor de todo fue verte en pantuflas .
Jajaja, sí, no me di cuenta que las llevaba.
Bryan se sintió feliz al ver que al fin ese par interactuaba.
Podía notar el cambio de miradas entre ellos.
Sabía que Mariana estaba encaprichada con ese hombre Carlo.
Sí todo salía bien cuando pase su encanto a cualquiera de los dos, su amigo le daría una oportunidad de hacerla feliz.